Por fin se señaló el lunes venidero para que la plenaria del Senado de la República decida sobre las objeciones presidenciales a la Ley Estatutaria de la Justicia Especial para la Paz. Ya lo hizo la Cámara de Representantes con una mayoría abrumadora a favor de rechazar las mencionadas objeciones. Se espera, como se ha anunciado, que lo mismo ocurra en el Senado. Pero……
Hay muchos rumores de que el gobierno nacional está presionando de todas las formas a las bancadas para que las observaciones presidenciales sean aceptadas. Incluso se dice que el Centro Democrático bajo la orientación de su recursivo jefe natural, se transaría porque al menos fueran aceptadas dos objeciones, incluso una en último caso. ¿Será posible? ¡Averígüelo Vargas!
Lo cierto es que el Centro Democrático, en los últimos días, está bastante conciliador. Por ejemplo, la distinguida senadora Paloma Valencia ha dispensado inéditos elogios a los jefes del Partido Liberal y de Cambio Radical, doctores Cesar Gaviria y Germán Vargas Lleras. Esa es una señal que coincide con el llamado del doctor Uribe Vélez a lograr acuerdos en el Senado con las diferentes colectividades políticas para que se salve la legislatura. ¿Por qué será?
Los comentarios en los mentideros políticos han llegado hasta a decir que el gobierno está haciendo señales de luces a los Partidos en el sentido de su disposición a lograr entendimientos en la conformación de un nuevo gabinete ministerial, lo que se relaciona con la renuncia del doctor Jorge Mario Eastman a la secretaría general de la presidencia. Sería lo que en política se llama “un golpe de timón”. Simples especulaciones, hasta ahora.
Lo único cierto es que la seguridad de ayer sobre la votación en el Senado empezó a generar inquietudes. Sería deplorable que una manifiesta mayoría se modifique en un dos por tres, lo que dejaría sombras en el proceso y el convencimiento de que la mermelada, tan denostada por el Centro Democrático cuando no es para sus militantes, intervino sin pudor. Ojalá que el Senado no se vaya a rajar, en el sentido de la canción mejicana. ¿Qué pensaría el país de la seriedad de los Partido Políticos y de la política?
Los liberales nos sentiríamos muy avergonzados si nuestro Partido en el Senado llegare a cambiar de posición, después de la orden del Director único doctor Gaviria y del pronunciamiento de la Junta de Congresistas. Francamente no puedo creer que llegáramos a ese repudiable extremo.
No hay que estar en contra sistemáticamente con los acuerdos entre las bancadas partidistas en las Corporaciones Públicas, ni en que se alcancen convenios programáticos con los gobiernos, incluida la representación política de los Partidos en el gabinete y en cargos de responsabilidad gubernamental, lo que no es ilegal ni pecaminoso. Pero en el caso de marras sería deplorable para el gobierno, los partidos y la política. ¿Acuerdos? Por qué no, si son de beneficio para el país, pero definitivamente después de que los Partidos derroten las objeciones presidenciales, como en la Cámara de Representantes.