Hace algunas semanas un performance se tomó algunas calles de los municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburra. Era un matrimonio.
Perfidio Politiquero, el novio, representaba en el performance a aquellos ciudadanos que, al percibir la función pública como una oportunidad de negocio, se dedican a la política con el firme propósito de llegar a ella para ser servidos.
Lucy la Plata, la novia, por su parte representaba el egoísmo moral que acompaña a los políticos negociantes del erario.
Esta audaz campaña pedagógica liderara por Andrés Mesa, Presidente del Directorio Liberal de Medellín, busca sensibilizar a la ciudadanía sobre la problemática de la corrupción en el territorio y el profundo daño que esta hace a las instituciones del país cuando los políticos sólo quieren plata y hacen todo para conseguirla.
Y es que en un país dónde políticos se apropian de más de 6 mil hectáreas de tierras baldías en el Vichada, torciendo el derecho, usando jueces de bolsillo y dónde los cárteles empresariales delinquen sin reparo, es hora de reforzar la pedagogía y la didáctica sobre el robo y las tramas que rodean el poder político colombiano.
En estos tiempos donde pareciera que ya no quedan políticos honestos, se hace más que necesario concienciar a los votantes, quienes en últimas tienen el poder de elegir o no a los políticos (y politiqueros) de siempre, para que hagan la mejor elección en las próximas elecciones regionales de octubre de este año.
Es hora, como dice Andrés Mesa, de recordar que la política se hizo para servir y no para ser servidos.
Es hora de “levantar la política por encima de las pequeñas ambiciones y apetitos groseros”.