Paipa, reconocida por sus aguas termales, sus almojábanas típicas y sus tejidos de lana de oveja, fue el lugar donde la Providencia le permitió a Simón Bolívar librar la más sangrienta y decisiva batalla en medio de la gesta libertadora. Fue en el campo del Pantano de Vargas, ubicado en el camino a Duitama que el imperialismo expoliador y castrador de libertades empezaría a doblegarse ante el ímpetu de las fuerzas subversivas nacionalistas.
Paipa fue la antesala de la toma de Tunja y de la batalla final sobre el Puente Teatinos, que allanó el camino hacia la toma final de Santafe, la capital.
Sin embargo, doscientos años después, pareciera que ese acervo y ese papel en la ya bicentenaria gesta libertadora fuera el ocaso de un recuerdo que ya ni emociona.
Y eso lo ha captado Juan Pablo Andrade Lee, un joven con especial interés en lo social, profesional en administración turística y hotelera, quien ha comprendido la importancia del rescate de la identidad cultural y especialmente la generación de ideas para fortalecer procesos de identidad y formación ciudadana.
Quieres a Paipa es el mensaje que Juan Pablo ha querido dar desde hace algunos unos meses, basado en lo recogido desde las experiencias de las campesinas paipanas, de los campesinos paipanos, de los habitantes de los barrios populares del municipio, quienes expresan la necesidad de garantizar espacios aptos para las actividades culturales y el fortalecimiento de las relaciones entre vecinos.
Querer a Paipa implica la preocupación por un entorno ambiental sano, por la formación de emprendimientos locales basados en la investigación cultural, por la reivindicación de los saberes campesinos y especialmente por fortalecer en las nuevas generaciones, las acciones de voluntariado, ya que sin lugar a dudas representan una misión ciudadana necesaria en los actuales contextos de individualización que viven las distintas sociedades colombianas
Quieres a Paipa, es el sentimiento más puro de trabajo por el bien del otro, del compadre, del vecino, del paipano; es el sentimiento por la preocupación del que carece, pero también del que tiene las oportunidades para superarse y para salir adelante.
En ultimas, Quieres a Paipa como campaña social permanente y por qué no, política, pretende, a partir del flujo de iniciativas jóvenes aportar al mejoramiento de los diferentes ejes de la vida del paipano, comprendiendo entre otros, que el recurso público es sagrado y que, si se administra bien, es suficiente para aportar soluciones a las problemáticas ambientales de Paipa, y eficaz para el desarrollo de una ciudad sana, que brinde calidad de vida a sus habitantes, logrando que la desigualdad social sea reducida, eso sí con el aporte determinante de los sectores productivos.
Habrá que esperar para ver si la campaña de Juan Pablo logra reavivar de nuevo el sentimiento que hace doscientos años permitió que heroínas como Simona Amaya dieran su vida por los ideales de un mejor vivir. Ojalá y sí de los resultados que se esperan.