Luego de una semana de cuarentena voluntaria y tres días de carácter obligatorio, el país entra en una fase de distanciamiento social como medida de prevención para mitigar la rápida tasa de contagio del coronavirus y evitar un ‘tsunami’ de pacientes críticos que causen el colapso de hospitales. De esta manera, Colombia se demoró apenas cinco y catorce días, respectivamente en tomar esta decisión, siendo el Estado que más rápido ha implementado esta y otras formas de contención, como el cierre de puertos marítimos -6 días-, espacios aéreos -13 días- y la clausura temporal de instituciones educativas -9 días-
Lo anterior demuestra que el gobierno nacional ha manejado de manera correcta la emergencia del COVID19, incluso mucho mejor que países como Italia, España, Brasil y Estados Unidos. A la fecha, el número de casos es de 11 por millón de habitantes, mientras que en el último país mencionado es de 297 por millón de habitantes y se anticipa que Nueva York, según su gobernador, alcance el pico de la pandemia en 21 días. Se debe reconocer que para el presidente Iván Duque ha primado la salud de todos los colombianos sobre los intereses económicos. La tasa de crecimiento económico, en un escenario optimista sería de un 2.3% y en uno pesimista -0.4%, de acuerdo a lo planteado por Fedesarrollo. Nuestra enorme deficiencia en este momento es la falta de capacidad en testeo masivo. Este importantísimo factor, ha sido determinante en países exitosos contra el virus como Corea del Sur, Japón y Singapur.
Sin duda alguna, en lo que resta de este y el próximo año, las condiciones de vida serán difíciles para todos nosotros, tendremos que adaptarnos. Es probable que las medidas del gobierno nacional resulten insuficientes, no por falta de voluntad sino porque el desafío es tan grande que absolutamente todos los ciudadanos tendremos que estar preparados para aportar y perder una parte de nuestra vida anterior a la crisis. Nadie, ni siquiera el gobierno, puede salir solo de esta pandemia.
Igualmente, es justo hacer un reconocimiento a los órganos de control -Contraloría, Procuraduría y Fiscalía- por la ardua labor que realizan sus funcionarios, sin descanso, en aras de proteger los recursos públicos que se van a invertir para mitigar este virus y evitar de esta forma que se repita la triste historia de corrupción ocurrida hace unos años por la ola invernal. Es contundente el mensaje que se le está enviando a los corruptos en el sentido de que estas Instituciones les están «respirando en la nuca” y que la corrupción no será tolerada.
Así las cosas y a pesar de las dificultades de siempre, el panorama para Colombia es esperanzador. Debemos permanecer unidos como ciudadanía y no desfallecer. También seguir detenidamente las recomendaciones que hacen las autoridades: salir únicamente para lo estrictamente necesario y, en caso de hacerlo, bajo todas las medidas protectivas contra el contagio. No será fácil pero sin duda alguna todo este sacrificio rendirá pronto sus frutos, uno de los más importantes, el despertar de nuestra conciencia colectiva.
Quiero felicitar a todo el personal hospitalario del país, que a pesar de lo difícil que es ejercer su profesión y oficio, exponen diariamente su salud y la de su familia. Todo mi reconocimiento y respeto para ustedes.