¿Por qué Estados Unidos es ahora el país más afectado por el COVID-19?

Análisis Por

Estados Unidos con más de 143 mil casos confirmados, se convirtió en el país más afectado por la pandemia de COVID-19, y con más de 2.514 muertes por el virus, muchos se preguntan si las medidas han sido las adecuadas.

Estos datos contrastan con la popularidad de Donald Trump, que ha subido 5 puntos, y el 55% de la población cree que las medidas que ha tomado son las indicadas, pero lo peor aún está por venir.

El propio presidente Trump, aceptó que el pico de muertes aumentará en dos semanas, y de nuevo reculó, días después de esperar que la economía volviera a la normalidad en abril, amplió las medidas de aislamiento social hasta final de mes. Parece que el impacto en vidas, y al sistema de salud, rebasan las expectativas del presidente norteamericano de amortiguar el golpe económico que se avecina.

¿No hubo preparación?

Expertos en Estados Unidos han llamado la atención sobre los descuidos de Trump, y el partido republicano en el Senado, que en un inicio fueron escépticos del impacto que tendría el COVID-19 en territorio estadounidense, de nada sirvieron las advertencias de especialistas en el que es considerado el país con mejores científicos del mundo, y mejores investigaciones en varias enfermedades.

Todo parecía un sueño el 26 de febrero, cuando Trump, calificó el riesgo que representaba el coronavirus, como “muy bajo” para su país, y además afirmó que estaban totalmente preparados, incluso si llegaba a ser un riesgo mayor.

China, el epicentro del virus, y lugar de la zona 0, ya presenta más casos importados que los de transmisión al interior del país, un gigante que supera los 1.386 millones de habitantes, mientras Estados Unidos, con poco más de 327 millones de habitantes, ya supera con creces los infectados y muertos de China.

Pero las cifras que más deben preocupar a la Casa Blanca son las de su sistema de salud, que no cobija de forma efectiva a las personas más necesitadas, actualmente 27 millones de personas en Estados Unidos no tienen seguro médico. A esto se suman los inmigrantes, que, sin papeles, ni seguros, y con empleos por horas, temen ir a los Hospitales, pero no identificarlos, podría ser un foco potencial de transmisión del virus no controlado.

Por ahora, el gobierno federal admite que ninguna ciudad se salvará de tener efectos por la pandemia, y que a pesar de que Nueva York, New Jersey, y Connecticut, son las zonas más afectadas, otras regiones del país también verán con fuerza la llegada del virus, lo que retrasa un regreso programado a la normalidad.

Efectos

Como pasa en muchos lugares del mundo, los efectos políticos y sociales del COVID-19 en Estados Unidos, parecen inciertos, sobre todo a las puertas de una elección presidencial que define la continuidad en el poder de Trump.

El presidente acostumbrado a señalar a personas de decisiones desacertadas, y de cerrarse en un discurso de redención de su propio país por encima de los demás, se enfrenta ahora a un enemigo que no es encarnado por una persona, y que no discrimina nacionalidad, ni color político.

Si las cifras de muertes y el desastre social aumentan a costa de la salud de la economía, podría resultar en un cóctel mortal a la popularidad del mandatario, en un escenario donde no se trata de negociar con otros países, sino, de salvar las vidas de sus propios ciudadanos. Mientras el propio Trump, critica a los demócratas por el pesimismo en los mercados, los propios demócratas temen que, al momento de las elecciones, el país llegue con una economía agonizante y un desempleo que borde el 20%.

Trump intenta desde ya, situarse como un presidente en tiempos de guerra, y la situación podría posicionarlo como un elemento clave a mantener para evitar traumatismos en las medidas que están por tomarse, pero todo eso depende de las decisiones en los próximos meses, o es presidente para tiempos de crisis que necesita los Estados Unidos, o el que no supo enfrentar el reto por su preocupación por mantener unas cifras económicas estables. Un legado que nadie imaginó que cayera a espaldas del magnate republicano.