Señor Alcalde:
En reciente rueda de prensa con periodistas de Bucaramanga dijo usted lo siguiente: “derrotemos toda esta maquinaria liberal que llevó a Bucaramanga hasta lo más perverso de lo que es la administración pública; derrotemos la politiquería; derrotemos a Serpa, derrotemos a Serpa”.
Usted tiene poco programa para los bumangueses. Derrotarme con su poder y con su dinero, no es ninguna gracia. Cualquiera pensaría que sus llamamientos a la gente que gobierna debieran ser para organizarse alrededor de propósitos sociales, para proteger el medio ambiente, para rodear a las autoridades en su lucha contra el crimen o para superar las angustiantes situaciones de miseria, analfabetismo y desempleo que golpean a amplios sectores ciudadanos.
Pero usted no tiene propósitos de gobierno. Usted no ha cumplido con la construcción de las 40.000 viviendas que ofreció a los pobres para que votaran a favor de su candidatura a la Alcaldía, como con cinismo lo reconoció públicamente. Ni tampoco está ejecutando los compromisos del Plan de Desarrollo. En su gobierno se han desmejorado las cifras de empleo y de lucha contra la miseria que fueron características de nuestra capital. Usted frecuentemente maltrata a los ciudadanos, como ocurrió con transportadores y vendedores.
A usted solo le interesa la chabacanería. Se la pasa pregonando infamias contra el Partido Liberal, lo que nunca hizo durante su actividad de constructor y contratista, ni cuando trataba con Alcaldes, Concejales y Congresistas, ni cuando visitó a dirigentes liberales buscando apoyo para su candidatura a la Alcaldía. Tampoco cuando visitaba mi despacho en la Gobernación. Usted en forma desconsiderada estropea a los Concejales Liberales de Bucaramanga porque no se tragan enteras sus equivocadas propuestas.
Ahora usted quiere derrotarme en mi aspiración política y lo pregona en los medios de comunicación, para incidir malsanamente a la comunidad. Pedestre intención tiene usted para tratar de ocultar sus desatinos, negligencia e improductividad.
Soy candidato al Senado de la República, a donde trataré de llegar a despecho de sus propósitos. Sé que con su advertencia pública tratará de engañar a sus gobernados, hasta de obligarlos y sobornarlos, para que no contribuyan a mi elección. Usted es un empleado con muchos tentáculos que prodiga nombramientos y contratos, que maneja numerosa burocracia y cuenta con influencias en poderosos círculos, todo lo cual usará en contra de mi candidatura. Esa es la dimensión de su odio, pero lucharé con todas mis fuerzas.
Usted atropella con el poder; usted envilece su condición de funcionario estatal; usted agrede al Partido Liberal y me amenaza prevalido de su investidura, de manera desconsiderada, aleve e ilegal. Lo que usted viene haciendo es criminal y rebasa lo permitido a un servidor público. Por eso las Autoridades deben percatarse de sus desatinos, insultos, amenazas y propósitos politiqueros.
Sus intimidaciones y perversidades son una invitación para que solicite a todas y todos los bumangueses que apoyen mi candidatura. Lo haré con decisión y alegría. Veremos si valen más sus insultos, que el desgreño, la ineficiencia y la inoperancia de su administración. ¡Dios tenga piedad de los bumangueses!