China: otro gran protagonista global

Opinión Por

La celebración del XIX Congreso del Partido Comunista Chino -con 89 millones de miembros- la fuerza política hegemónica de ese país, puso nuevamente en la agenda el rol que cada vez más esta nación asiática está y estará jugando en el escenario internacional. Y que por supuesto nos plantea la necesidad de ocuparnos de estudiar y analizar.

No hay que olvidar que China es un país con un sistema socioeconómico y político llamado ‘socialismo de mercado’, que implica un control político pleno del partido comunista en todas las esferas de la vida política y de las instituciones del Estado, con una economía de mercado en la cual se respetan las reglas del juego de la inversión capitalista privada y la competencia propia de toda economía de mercado; el Presidente Xi Jinping en su discurso ante el congreso del partido dijo «que el mercado juegue un papel decisivo en la distribución de los recursos». Pero también es importante señalar que culturalmente la sociedad China tiene unos patrones influidos por el budismo y el taoísmo y el pensamiento del filósofo Confucio. Adicionalmente China es una sociedad que se considera a sí misma existente desde siempre; «China tiene un rasgo característico: no parece poseer principio. En la historia aparece más como fenómeno natural permanente que como Estado-nación convencional.» dice Henry Kissinger en su libro sobre China.

Varios analistas de relaciones internacionales coinciden que el poder de un Estado-nación es una mezcla de combinar tres elementos: su economía, el poder militar y su política exterior. En ese sentido la economía china es ya la segunda economía del mundo y con una perspectiva acelerada de crecimiento mayor que ninguna otra, aunque tenga sus dificultades internas, grandes desigualdades regionales así como la carencia de recursos energéticos; su política exterior ha estado basada en lo que se denominaría «poder blando» dentro del cual las relaciones económicas, apertura en el comercio, «China no cerrará sus puertas al mundo» dijo el presidente chino y planteó por el contrario más apertura de los mercados chinos a los inversionistas extranjero, eso sí manteniendo un sector importante de empresas económicas estatales y con ello su política de cooperación está en primer lugar -esto le ha permitido situarse como un actor hegemónico en Africa y de gran relevancia en América Latina, Europa y por supuesto Asia, además de ser el primer tenedor de bonos del tesoro norteamericano-. En lo relacionado al poder militar en los últimos años se ha dado un proceso de modernización importante de sus Fuerzas Armadas, incluyendo la incorporación de dos portaaviones en su armada, construcción de islas artificiales en el mar de China meridional, un importante rol en la carrera espacial y abriendo las primeras bases militares en el extranjero; el presidente Xi Jiping dijo al respecto, «nuestro ejército debe hacer de la capacidad de combatir el criterio para evaluar todo su trabajo y concentrarse en qué hay que hacer para ganar cuando sea requerido».

Sin embargo, nada indica que en las próximas dos décadas China aspire a ser un poder hegemónico global, pero hace rato dejó claro que no se limitará a ser una potencia regional y aspira a situarse en la primacía a mediados del presente siglo, como lo dijo el presidente chino en este importante congreso del partido comunista, «se erguirá entre todas las naciones del mundo»

Doctor en Ciencias Políticas, de la Universite Catholique De Louvain, y Magister en Política Social de la Universidad Externado de Colombia. Es autor de múltiples investigaciones y actualmente Profesor asociado de la Universidad Nacional.