No ajusta dos años el gobierno de Iván Duque, y ya se andan armando los puentes de sectores políticos para reemplazarlo en 2022.
Pareciera (¡Y es lo que muchas personas anhelamos!) que este gobierno de derecha, que ha demostrado que no es una derecha ilustrada, sino intransigente y a veces voluntariosa, estuviera condenado a ser un paréntesis entre un gobierno decididamente socialdemócrata, (aunque fuese nominal) como el de Juan Manuel Santos, y un gobierno progresista/ alternativo/ socialdemócrata/ socialbacano o de lo que sea.
Y es que la columna de Humberto de la Calle el pasado 19 de julio en el periódico El Espectador ha suscitado entre algunos sectores políticos nacionales, reacciones muy a favor de la construcción, no solo de la mecánica para la coalición anti uribista, sino también del programa mínimo de la misma, que en palabras de don Humberto no sólo incluirían propuestas de los llamados sectores alternativos, como Petro o de la izquierda tradicional como Robledo, sino también de los llamados sectores tradicionales como Vargas Lleras o Sergio Fajardo, razón por la cual en medios de comunicación la han denominado “coalición de centro izquierda”.
La intención es clara: aprender de los aciertos que tuvo la derecha ultramontana hacendataria aglomerada alrededor del senador Uribe Vélez y la derecha burguesa cohesionada en el Partido Conservador que a pesar de las enormes diferencias entre ellas, lograron aliarse y que con el cuento del castrochavismo y del fantasma comunista de los acuerdos para la terminación del conflicto armado con la guerrilla de las FARC, obtuvieron una alta votación para elegir un programa de gobierno que hoy en medio de la coronacrisis ya nadie ni recuerda más allá de sus discursos veintejulieros que se reviven con las peticiones de misiones médicas cubanas realizadas por el Alcalde Daniel Quintero, quien ha tenido que capotear todo tipo de afugias en medio de su cumpleaños: la situación de salud de su hija, su positivo para COVID, y ahora los improperios y ataques por su petición de ayuda médica, ante una realidad plausible: no hay personal para que atienda las unidades de cuidado intensivo en Medellín.
En medio de esta polarizada realidad, donde el desempleo que venía en aumento se trepó en las nubes gracias a la pandemia, donde el hacinamiento carcelario estaba que estallaba y casi lo hace con la cuarentena y en síntesis, todas las crisis sectoriales se profundizaron con el aislamiento obligatorio, se hace necesario como afirma el senador Luis Fernando Velasco, buscar los mecanismos necesarios y unirse para romper el caudillismo y el mesianismo que por momentos pareciera que se toma el debate político y que no está respondiendo de manera adecuada las actuales circunstancias que vive el país nacional.
Aun cuando para algunos es prematuro, es bueno que desde ya, se empiecen los acercamientos para definir un candidato único que vaya a la contienda contra el candidato del Gobierno en 2022 y que de seguro dirá que este ha sido el mejor cuatrienio de la historia colombiana.