El martes 21 de noviembre se hizo pública una “Declaración de Liberales Rebeldes” firmada por los senadores Juan Manuel Galán Pachón, Viviane Morales, Sofía Gaviria Correa, entre otros líderes y militantes del Partido, en la que desconocían los resultados de la consulta del día 19 de noviembre, incluyendo a Humberto de la Calle Lombana como candidato, pedían la renuncia de César Gaviria como Director Nacional del Partido Liberal, se proclamaban como “guardianes del ideario liberal” y se proponían “consolidar un grupo que busque que el liberalismo recupere su ruta ideológica”.
Esta semana, el martes 28 de noviembre, precisamente ochos días después de la primera Declaración, se hizo pública una Declaración liderada por Juan Fernando Cristo Bustos y firmada por 9 senadores y 20 representantes, entre otros líderes y militantes en la que reconocían los resultados de la consulta del 19 de noviembre, incluyendo a Humberto de la Calle Lombana como candidato y creaban una “alternativa política basada en firmes principios liberales”, que “apela al liberalismo ideológico, al liberalismo político y la sociedad colombiana con la convicción de que hay más liberalismo que Partido Liberal”, que propone cinco reformas en el corto plazo: reforma política, reforma a la justicia, reforma al ordenamiento territorial, reforma al sistema tributario y reforma a la salud.
La gran diferencia entre una declaración y otra es que la declaración del Exministro Cristo dio nacimiento a una nueva y tal vez poderosa tendencia dentro del Partido (¿el cristismo?), que sin lugar a dudas preparará desde ya la candidatura liberal para la Presidencia de la República en el año 2022, mientras que la declaración de los liberales rebeldes, aparentemente tenía la función de ser un acto político que preparara el terreno para el trasfuguismo de los tres senadores que la firman, ya que Galán Pachón con la ilusión de revivir el antiguo movimiento político denominado “Nuevo Liberalismo”, la senadora Viviane Morales con sus coqueteos con el movimiento político “Colombia Justa Libres”, similar a la senadora Sofía Gaviria con el Centro Democrático, al parecer quieren soltar amarres y buscar mejores puertos.
Estas declaraciones más allá de lo simbólico-político que son, nos retornan a la discusión ideológica de la década de 1990, en la que era común endilgarle al sector del Nuevo Liberalismo que fundase Luis Carlos Galán Sarmiento, ser precisamente eso, neoliberales, mientras que los sectores cercanos a la dinastía López, contrarios a los primeros, se les llamaba socialdemócratas.
En ésa época era común ver sendos artículos de opinión en periódicos nacionales referirse a uno u otro bando, especialmente porque dicho debate amenazaba con acabar con la hegemonía del Partido de Gobierno, como en efecto sucedió hacia finales de dicha década: los socialdemócratas, identificados de manera genérica como samperistas, alineados alrededor de Horacio Serpa Uribe, a la sazón, el último de los caudillos liberales, perdió la Presidencia de la República, en 1998 ante Andrés Pastrana Arango, situación que no mejoró en la década siguiente ya que en 2002 y en 2006, dicha ala del espectro liberal perdió ante el arrollador discurso populista de Álvaro Uribe Vélez, exmilitante liberal y samperista furibundo.
Pero si la pérdida del Gobierno Nacional en manos del samperismo, no fuera suficiente, en el turno de los herederos de Galán Sarmiento y su Nuevo Liberalismo, llamados de manera general como gaviristas, tampoco les fue bien, ya que la votación para el candidato Liberal de dicha ala, Rafael Pardo Rueda, no superó los 700 mil votos en la primera vuelta del año 2010, cifra que ha sido la peor en toda la historia del Partido.
El Cristismo, si se me permite el uso de dicha expresión, ya que la tendencia que firmó la Declaración del 28N está conformada no sólo por los líderes del equipo del Exministro, sino por el serpismo, por el carismático Senador Velasco, por la mujer más votada para el Congreso de la República del año 2010 Arleth Casado y por Luis Eduardo Garzón, con sus propuestas de cinco reformas, ha revivido la disputa ideológica en el Partido Liberal de hace 20 años, lo que indudablemente en estos tiempos de escasez de ideas, prometerá un debate interesante de cara a las elecciones parlamentarias.
Ante este desafío, ¿cómo responderán los herederos del Nuevo Liberalismo? ¿Quiénes asumirán las banderas del gavirismo? ¿Cuáles banderas serían esas?
Definitivamente, amanecerá y veremos cómo se desarrolla esta nueva etapa, en dónde, las bases liberales en los territorios, que no necesariamente salen con declaraciones en la prensa nacional, también tienen sus matices ideológicos, que no siempre se alinean con los de los grandes barones electorales.