El objetivo de esta columna es reflexionar las elecciones a darse en Perú el 11 de abril del 2021. Juan Velasco es considerado por estudios como el último gobierno peruano, al que se le puede decir gobernó para los millones de pobres del país. El Perú hace más de 51 años que no sabe lo que es estar gobernado por un gobierno, y un programa socialista.
El 11 de abril hay elecciones presidenciales en Perú, y nuevamente la población electoral es buscada como pez en los mercados para llevar a unos pocos al poder. Según la Oficina Nacional de Procesos Electorales ONPE-Perú, la población apta estimada de hombres a votar serán 12,542,545, y mujeres 12,745,409 cifras que serán buscados en el comercio del voto.
La extrema derecha la lidera Rafael López Aliaga; y Hernando de Soto. Derechas tradicionales Keiko Fujimori; Julio Guzmán; Cesar Acuña; Alberto Beingolea con el socialcristianismo; Johny Lescano, y la aparición de un candidato, un ex jugador de futbol George Forsyth con amplio electorado de clases medias y jóvenes; siguen el ex presidente Ollanta Humala que no se sabe ni que es; y Daniel Urresti que más parece ser grillo o papagayo en albergue (Disculpas por mencionar a los animalitos).
Por el lado de las izquierdas tenemos a Andrés Alcántara (SIN/C), segundo el ex sacerdote Marco Arana (SIN/C); Verónica Mendoza de una izquierda limeña, con posibilidad de pasar a segunda vuelta; y cuarto candidato el profesor Pedro Catillo que representa a las izquierdas provincianas, reúne al elector de Gregorio Santos Guerrero (preso), y a los simpatizantes de Vladimir Cerrón (Dueño del partido que postula Pedro Catillo), y se suman otros grupos minoritarios.
¿Qué posibilidades tienen las derechas extremas y más conservadoras de ganar el 11 de abril Perú?
Las posibilidades son amplias de poder ganar. Es un hecho que habrá una segunda vuelta dado que el nivel de aceptación de los 18 candidatos que están en competencia no pasa del 15% por ciento de aceptación, sin contar el voto viciado, blanco.
Por cierto, la alta falta de no conciencia crítica, la alienación, como la falta de cultura política en el Perú, hace que candidatos presos por corrupción, sigan de candidatos presidenciales, es el caso de Ollanta Humala; Keiko Fujimori, estos son los más sonados. Sumándose la fuerte influencia por los grupos de poder, y la corrupción en general toda lo que se ve es posible también gracias a ellos.
Por si fuera poco, Keiko Fujimori, presa por corrupción, muestra una base dura de electorado, suena fabula, pero es real. Ollanta Humala es otro, preso por corrupción, sigue haciendo negocio con su partido Nacionalista Peruano.
¿Las izquierdas tienen oportunidad de ganar?
Según los datos de sus aceptaciones, las posibilidades son mínimas, teniendo algo más de posibilidad Verónica Mendoza. Las izquierdas perderían por el alto nivel de individualismo, y egoísmo partidario existente entre grupos. Solo recordar a un evento realizado el 26 de enero del 2019 en el departamento de Huancayo en los andes del sur peruano, una convocatoria de fuerzas regionales de izquierdas, donde la agenda fue hacer una alianza para enfrentar a las Derechas del Perú en este 2021. Estuvo presente Gregorio Santos (hoy preso), la candidata Verónica Mendoza, que para quienes estuvimos presentes su discurso fue nítido, no se necesitaba esperar llegar a la campaña para saber que no quería unidad iría sola.
¿Qué posibilidad existe de que las izquierdas tanto la limeña como las provincianas sean puente para subir a algún candidato de derecha en una posible segunda vuelta, sin representación de alguna izquierda?
En pocas palabras, es más que posible, es inesquivable que una vez más las izquierdas si no logran pasar a segunda vuelta, estas terminen al final nuevamente votando por algún candidato de derecha del mal menor, ya paso con Fujimori; Toledo, Alan García, Ollanta, y PPK.
¿Qué pasaría si la izquierda capitalina, liderada por Verónica Mendoza pasa a segunda vuelta ganaría?
Nuestra hipótesis es que «NO» ganaría, motivos hay muchos. La res izquierda está ampliamente fraccionada e individualizada, dado que hay mucho resentimiento interno de las otras organizaciones y partidos políticos. Al contrario, no sucede con las derechas, estas cumplirían al pie de la letra la cooperación para lograr sus fines, infelizmente es así. Para finalizar, existe una demagogia fuerte, y el populismo brutal es un alto suplemento vitamínico en todas las propuestas sean de derechas o izquierdas.
Gustaría estar equivocado, y luego de julio del 2021 decir me equivoque, y aplaudir al pueblo mencionando, se hizo una nueva historia después de más de 51 años. Finalizando, el Perú necesita otro paradigma en el hacer política, y una nueva constitución política.