Con el anuncio de que el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia-CNPRC iniciaba una gira por el país para activar o reactivar los Consejos Territoriales de Paz, Reconciliación y Convivencia, recordé que si bien los jóvenes hemos sido fundamentales en la movilización por la construcción de paz y por la implementación del Acuerdo del Teatro Colón, aún no hay un papel relevante de los mismos en el CNPRC, no por cuestiones del Gobierno Nacional, sino por el papel que ha jugado la actual y transitoria desde 2015, representación de la juventud en dicho Consejo, hoy en cabeza de Cristian Cabrera, miembro de la Red de iniciativas ciudadanas por la paz-REDEPAZ.
Y si se preguntan quién eligió a Cristian y por qué está ahí, a continuación resumiré la historia de su elección.
En el año 2015, un grupo de diecisiete organizaciones juveniles, invitadas por la Organización Nacional de Juventudes Liberales-ONJL y Colombia Joven, fueron reconocidas por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz como interlocutores ante el Consejo, con la tarea de delegar al representante juvenil ante el mismo.
Dicho grupo llamado “Espacio de Articulación Juvenil por la Paz y la Reconciliación”, eligió en el mes de octubre de 2015, dos delegados (hombre y mujer) que fueron reconocidos el día 21 de octubre por el Consejo Nacional de Paz, través de un acta firmada por nueve organizaciones juveniles entre la que está la ONJL. En el proceso de elección interna se eligieron a Cristian Cabrera, quien asistía en calidad de coordinador de la iniciativa “Jóvenes constructores de paz” de REDEPAZ y Deisy Aparicio, quien hacía lo propio en calidad de Secretaria de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundaristas de Colombia-ANDES COLOMBIA.
En dicha acta, además de dejar explicita la manera en que se eligieron los delegados, se dejaba claro que eran transitorios, ya que los firmantes nos comprometíamos a que en el lapso de seis meses a partir de la fecha del acta, se estarían eligiendo los delegados formales. El 21 de enero de 2018, se cumplen 27 meses de dicha transitoriedad, sin que las propuestas que como ONJL se llevaron al Espacio fueran tenidas en cuenta no sólo por los delegados ante el Consejo, sino por las otras organizaciones juveniles, la mayoría de carácter social que ven con recelo la participación de organizaciones juveniles de partidos o movimientos políticos.
Ahora bien, a esta fecha, la representación juvenil está reducida, ya que gracias al lobbying realizado, se logró que el pleno del CNPRC aprobara el reconocimiento del sector estudiantil como sector independiente del juvenil, con dos delegados distintos, dando paso a que Deisy Aparicio, renunciara a la delegación como sector juvenil, luego de que en reuniones con las organizaciones estudiantiles fuera electa como delegada por dicho sector. Así, el cupo de la mujer joven al día de hoy se encuentra vacante en las sesiones del Consejo y ni siquiera sabemos cuándo es que se suplirá o como se hará, porque el compañero Cabrera olvidó lo básico de lo que significa ser representante: la comunicación con sus electores.
Desde la Coordinación Nacional para asuntos de paz de la ONJL, se ha hecho seguimiento y control político a dicha delegatura, no sólo por el hecho de haber sido firmante del acta que le dio vida, sino por la preocupación de lo cerrado del manejo que se le ha dado a la misma: ni por whatsapp ni por correo electrónico hay respuesta a la solicitud de informes, no sólo de lo acontecido en las escasas sesiones del Consejo, antes de que fuera modificado por el fast track, sino de lo que se supone debe ser el plan de trabajo de dicha delegación. A la fecha de publicación de este texto, sigue sin haber respuesta formal.
La última noticia que se tuvo fue cuando se requirió convocar de nuevo al Espacio para refrendar el acta que daba legitimidad a la delegación del mes de octubre de 2015, en los días en que se iba a instalar el nuevo Consejo. En dicha reunión, la ONJL propuso terminar la transitoriedad, eligiendo a los delegados en el marco del Festival Nacional de la Juventud a realizarse en el mes de agosto de 2017 en la ciudad de Medellín propuesta que si bien fue aceptada, nunca se materializó por parte de la Juventud Comunista, quien se encargaría de dar trámite a la misma en los Comités preparatorios del Festival del que hacía parte.
En ese contexto surgen dos preguntas, ¿quién debería estar en esa delegación ahora que se instalen o se reactiven los Consejos territoriales? ¿Quién debería estar en la delegación nacional?
La propuesta de la ONJL es darles ese poder a los miembros de las plataformas municipales y departamentales de juventud, conformadas en el marco del Estatuto de Ciudadanía Juvenil y que sean ellos quienes deleguen a los jóvenes a los Consejos municipales y departamentales y con respecto a la delegación nacional, considerando que una de las tareas del CNPRC es la redacción del Gran Pacto Político y Social por la Paz y que por el momento no existe ni Consejo Nacional de Juventud ni Plataforma Nacional de Juventud, la meta es convocar a la mayor cantidad de delegados de Plataformas Departamentales de Juventud y a la mayor cantidad de organizaciones sociales y políticas conformadas y dirigidas por jóvenes, con presencia en más de tres departamentos adicional al Distrito Capital, a que de manera consensuada elijan a sus delegados ante el Consejo terminando con la terrible transitoriedad que no nos deja avanzar en la participación que tienen los jóvenes en la construcción de la Política Nacional de Paz, Reconciliación, Convivencia y no estigmatización.
No es posible que se nos queme el pan en la puerta del horno.