Todos coinciden en decir que el doctor Belisario Betancur fue un buen expresidente. Para mi tengo que también fue un buen Presidente de la República. Ganó las elecciones con el ahora recordado “si se puede”, pero también con la posición que asumió cuando su contrincante, Alfonso López Michelsen, propugnando por la convivencia, presentó su campaña diciendo que “la paz es liberal”. El doctor Betancur le respondió: “la paz es nacional”.
A buscar la paz con enorme compromiso nacional se dedicó el doctor Betancur. Propuso a los insurrectos un proceso de reconciliación, convocó a las diferentes organizaciones guerrilleras, se reunió con algunos jefes del M-19 en el Palacio de la Moncloa, en Madrid, creó la Comisión Nacional para la Paz, solicitó la solidaridad internacional y abrió conversaciones con las Farc, el Epl y el M-19, habiendo sido imposible dialogar con los elenos. Presentó al Congreso un Proyecto de Ley decretando una amnistía general, el cual fue aprobado en diciembre de 1982.
Tuve la satisfacción de colaborar con el proceso de paz del doctor Belisario, tanto en la Cámara de Representantes como en las Comisiones de Verificación y de Diálogo Nacional. Además, cumpliendo instrucciones del Presidente participé en conversaciones informales y misiones acompañando al doctor John Agudelo Ríos, Consejero Presidencial para la Paz, y Bernardo Ramírez, Ministro de Comunicaciones, una especie de segundo Comisionado para lograr la paz.
Con las Farc se hicieron muchas reuniones. Las principales, en Casa Verde, al sur del país, donde se firmó un acuerdo de “cese al fuego, tregua y paz” y también se dio inicio a la Unión Patriótica, que luego fue exterminada. Por fallas de parte y parte, en lo institucional por falta de apoyo en algunos sectores de las Fuerzas Armadas, del empresariado y de los Partidos Políticos, no se pudo culminar exitosamente el proceso.
El Epl se retiró cuando fue asesinado su máximo dirigente Oscar Willian Calvo, quien siempre reclamó la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Con el M-19 hubo muchos tropiezos. Viví directamente el enfrentamiento a tiro limpio entre el Eme y el Ejército Nacional, cuando con Bernardo Ramírez, Monseñor Castrillón y Laura Restrepo tratábamos de ayudar a la paz. Estuve en Corinto cuando se firmó la paz que luego se rompió, en un episodio en el que resultaron heridos Carlos Pizarro y su compañera Laura. Participé en conversaciones con Pizarro en Guarumales en medio de agudo enfrentamiento tratando de salvar el acuerdo y fui delegado del gobierno para dialogar con Antonio Navarro en Los Robles.
Menciono estos esfuerzos por la paz con el M-19, porque Gustavo Petro se dolió de haber sido torturado en el gobierno del doctor Betancur. Lamentable de verás, pero soy testigo del esfuerzo del doctor Belisario por la paz y del celo con que buscó lograrla con esta guerrilla. El doctor Betancur fue un humanista, un hombre de alma delicada, un demócrata, y nunca pudo estar de acuerdo con persecuciones, represión o violencia. Belisario Betancur fue un gran hombre y un Presidente de Paz.