La columna tiene por objetivo reflexionar las consecuencias sobre qué nos hace cada vez indiferentes y menos solidarios. En países como Colombia, Brasil y Perú, donde la violencia ya no es una novedad, el hambre y las crisis crecen junto a la pobreza y el analfabetismo; donde las migraciones rotativas retan a las débiles políticas púbicas «top down» de los Estados; ante lo expuesto compartimos la siguiente narrativa.
UN GUSANO LLAMADO INDIVIDUALISMO
El individualismo es un mal que trasciende fronteras y barreras humanas en lo contemporáneo que van desde la alienación cultural y el remplazo de la empatía por la apatía. El individualismo podría ser analizado como un mal psicológico cada vez más reforzado incrustado como una gripa al cuerpo que solo se la adormece más no se cura. El capitalismo, junto a las mudanzas geográficas de los territorios, las normas religiosas y morales, podrían ser elementos cruciales para entender al atomismo individual que hoy se sigue arrastrando. En ese sentido el aumento de la apatía crece, reforzada por la miseria que se arrastra en tono de desigualdades sociales donde según los datos de la ONU más de 320 millones de personas ya estarían caminando en situación de pobreza en este 2021 en el sur del continente a raíz del COVID-19. El analfabetismo con una taza aproximada de 32 millones de personas según UNESCO son entre muchos hechos sociales las secuelas hediondas que ahondan más la ignorancia y el egoísmo en la cotidianidad de la humanidad periférica en COVID-19.
EL MISTERIO DE LA POBREZA Y EL ATOMISMO
La llegada de la competencia por el mundo laboral, convirtió al cuerpo humano en una maquina perfecta para la disciplina del self (yo) como síntoma psicológico atomista. El factor cognoscitivo de las grandes mudanzas de la historia económica, social y política del mundo produjeron encubar con éxito la necesidad de sobrevir, y no de vivir. El contacto entre aculturados y salvajes construyo una base para que los Jesucristos de la expiación esclavista puedan reproducir nuevos valores de las culturas de los civilizados. El misterio de la civilización y cultura dominate son una razonable ilustración ideológica estructurante que por medio del premio y las recompensas inician así al sujeto atomista. Vivimos en un mundo utilitarista donde el sentido del self es un corazón que bombea con fervor egoísmo, competencia y destrucción de lo colectivo a cada segundo de vida.
Analicemos el siguiente cuento de ficción «Los huesos y la jauría de Perros” Cierto día un perro pitbull en el planeta de marte veía como otros cumpitas por la vanidad y no querer reconocer que eran tan ricos en conocimiento y tenerlo todo en sus territorios, estos seguían discutiendo de quién sería merecedor de comer un hueso que encontraron tirado en un barranco. Entonces el pitbull, se percató que la mejor manera de entretener a sus cumpitas, y le dejen el camino libre para sus comodidades, era tirando algunos huesos con pisquitas de carne que él ya había comido. Así, cada perro entretenido en su hueso se sintió placentero sin reaccionar a nada de lo que pasaba a su alrededor.
LA EMPATÍA URGE EN AMÉRICA LATINA
En un mundo con más de 76 millones de mentes pensando los males de la sociedad, formular un antídoto único sobre los males de la sociedad, sería un error ingenuo asegurar. Por ende, se opta por la reflexión sociológica. La empatía es presentada como una posibilidad de cultura humanitaria, dado que pensar desde el dolor, la necesidad y el sufrimiento de los otros, eso ya contrarresta al individualismo en todas sus formas sociales psicológicas cognoscitivas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona 2, 187, 659 muertos en el mundo por la pandemia COVID-19; más de 584. 000 mil occisos en América Latina y el Caribe; fallecidos Brasil registra 221.547; Colombia 52.913 y Perú con 40.272.
¿Qué podrían estar advirtiendo las cifras de los muertos para los todavía vivos? Las cifras estarían queriendo hacer entender que la empatía por los otros, y los otros para los unos es más que una emergencia de cuarentenas y cuidados, es una obligación moral y ética. Hay una “urgencia en buscar la humanidad dentro de todo ser humano». No dejemos de seguir chaliando o rastrojando nuevos caminos para la unidad social, y así refutar-rechazar la idea atomista con base en el individualismo que es divisionista. Concluyendo, difícil será escuchar de un corazón con razón y humanidad no querer parar un momento para reflexionar el contexto y sus crisis de momento. Valga la redundancia, reforzar hábitos con acciones de templanza solidaria urgen. Entonces, “Seamos pajaritos sembradores de palmeras en desiertos, así nunca cosechemos los frutos “