EXPRESAR NUESTROS AFECTOS ESTANDO VIVOS

Opinión Por

Está columna tiene el objetivo de reflexionar el sentido armónico de la vida, sobre el vacío que dejan las pérdidas humanas cualquiera sea el caso en nuestra sociedad. Vamos a dejar de pensar sobre política, economía, y las crisis sociales, hoy toca a que nos fijemos en el sentido emocional del ser humano en sí, y los suyos.

Comte-Sponville decía que tiempo y vida son dos grandes amigos y, también, dos grandes desconocidos. La vida es conocida y desconocida por el tiempo porque sabemos el día que nacemos más no el día que iremos a dejar de existir en este mundo de los vivos. Hay, hoy, más de 2,708,531 muertos en el mundo solo Covid-19, ¿cuántos vacíos ya dejaron, y al mismo tiempo dan lugar a el sentido de la emoción y el afecto humano por los seres que se quiere o se ama?

El perder a un ser querido, sea amigo vecino, o líder religioso, hermano(a), madre o padre, tío(a), abuelos (as) al parecer son situaciones que ni el mejor psicólogo podría dar una opinión única para superar esas pérdidas. Lo que cada una de estas personas imprime en nuestras vidas es único. ¿Cuál sentido tiene perder a un ser querido? Ni la ciencia es capaz de decir que es lo que una persona siente cuando sabe que está despidiéndose por ultima vez de un ser querido dejado para siempre en un ataúd. No se puede medir el dolor, el sufrimiento, en ese sentido tan fino que es el sentimiento del afecto humano no existe al parecer estadística que diga cómo se sienten las personas luego de perder a un familiar.

Y así parece que este texto tiene el sentido de rendir condolencias, y pésames a los millones de corazones tristes que en estos momentos difíciles están perdiendo a sus seres queridos, sea por Covid-19, o por otras circunstancias de la vida. Conectémonos con nuestra humanidad y con la capacidad de sentir empatía con lo que pasa al nuestro derredor.

¿Es posible dar un culto a nuestros seres que partieron de este mundo? Anotamos que es posibles también decirlo en textos de revistas, periódicos o de opinión, creo es más que lógico, dado que en la vida cuanto vivo posiblemente el ser humano se olvide de congratular todo tipo de esfuerzo por entender al denominado «señor» tiempo y espacio que también da punto final a la vida. Entonces seamos todos gratos el día a día, segundo tras segundo de vida, y no esperemos decir cuanta falta nos hacemos aún de vivos, dado que ya una vez fuera de este mundo las palabras podrían quedar opacas como un sol que llega y se oculta entre las ventanas de un cielo nublado.

Vamos a querernos hoy, vamos a escucharnos hoy, vamos a reír y cantar hoy de vivos, porque cuando llegue ese día llamado ultimo respiro pienso sería demasiado tarde. La vida estoy entendiéndola que es cual música en las diferentes estaciones del año, en verano las hojas caen más luego viene el otoño, el invierno y la primavera es la que florece todo de nuevo. Entonces porque no decir todo de vivos.

Si bien el sentido común de la vida es el mundo terrenal y sus cuestiones, no se debería olvidar el sentido afectivo del humano cuanto vivo. Se puede creer que todo ser humano nos vamos a sentir queridos, estimados, importantes, por un lado, o por lo menos estar felices si sabiendo que aun vivos se sabe que hay cariño o aprecio por los que nos rodean.

Esta columna de opinión sugiere que, así como va el mundo, vamos hoy a buscar a las personas que nos acompañan, o las que consideremos querer y respetar, y decir todo lo importante que son para nuestras vidas. No dejemos para más tarde, o para pasado mañana decir un te amo, un te extraño, un eres importante, un gracias de corazón, o un corrígeme que lo necesito, un perdoname estuve equivocado(a), creo podría ser muy saludable poder seguir construyendo esa forma de pedagogía de potencia como un hábito aún de vivos dado que podría ser saludable.

Para finalizar, decir que la vida es una sola, todos sabemos que no tenemos segunda oportunidad después de muertos, seamos hoy los humanos que queremos que otras personas vean y escuchen, y no mañana cuando las lagrimas y las tristezas solo quedan en las cuestiones de nuestra fe.

Con mucho cariño para todos(as) los seres que ya no se encuentran entre nosotros, en especial a mi Hermana Fredesminda Alberca Velasco.

Natural de Perú, Huancabamba. Licenciado en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Federal de Integración Latinoamericana- UNILA- Brasil donde vive actualmente. Líder del Grupo de Estudios e Intercambios Andinos de Huancabamba y América Latina- GEIAHAL.