JINETH PRESENCIA Y EJEMPLO

Opinión Por

La historia de Jineth Bedoya sacude las fibras más profundas del corazón y genera una indignación que compromete la estructura mental, y no es para menos. Comprender el caso de una mujer sola, periodista ética frente a los barbaros que la agreden, la torturan y la violan sin que haya por parte del Estado profunda indignación, investigación y ejemplarizante sanción es la demostración real que la violencia institucionalizada y la barbarie tomaron el control de nuestras instituciones. 

Una enfermedad muy profunda y compleja está carcomiendo al Estado colombiano, porque no solo no reacciona cuando sus ciudadanos son agredidos y maltratados, sino que sus propias instituciones militares y de policía son señaladas: Generadoras de muerte y violación de los Derechos Humanos, como en el caso que estamos analizando de la señora Jineth Bedoya. 

Y para colmo de males el profesional que tiene la tarea de defender el nombre del Estado no solamente le falta la dignidad requerida para salvaguardar la ética, en los estrados judiciales internaciones como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), si no que con cobardía supina es capaz de retirarse de la audiencia y recusar de imparcialidad a los honorables magistrados de la Corte, hecho que ningún país había realizado en la historia de este prestigioso Tribunal. Los magistrados han tenido el valor y la honradez profesional de acusar al Estado de Colombia como auspiciador y encubridor de las conductas homicidas que por poco llevan hasta la muerte a esta periodista indefensa: “Para la Comisión es atribuible al Estado tanto la privación de la libertad, con los hechos de violencia en su contra, incluida la tortura y la violación sexual”.

“Bedoya fue a la cárcel de la Modelo para hacer una entrevista relacionada con sus investigaciones adelantadas sobre las masacres, pero esto era una trampa.  Antes de entrar al centro penitenciario la encañaron con una pistola y la secuestraron sin que sus acompañantes se dieran cuenta. Estuvo amarrada en un lugar cercano a la cárcel donde la golpearon y luego la sacaron de Bogotá. “Empecé una larga travesía de muchas horas en las que afronté todo tipo de abusos y torturas, Todo terminó en una violación masiva en un lugar a muchas horas de Bogotá (Entre Villavicencio y Puerto López), donde había otros hombres uniformados. Recordó entre lágrimas”.  Tomado del periodista José Ricardo Báez: “La cruda realidad sobre Colombia que revela el caso de Jineth Bedoya en la Corte IDH”. Agencia de noticias Anadolu.

Pero en medio del infierno que violadores y secuestradores le crearon surgió un ángel de la guarda que la acompaña en el frente inamovible de su defensa. Se trata de la abogada argentina Viviana Krsticevic quien como directora del Centro Por La Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL, por sus siglas en inglés) ha estado al frente de su defensa y quien es una de las voces más autorizadas en la inaplazable defensa de los Derechos Humanos en las Cortes Internacionales.

Ella tiene su oficina en Washington y se caracteriza por ser una de las abogadas más exitosas en la defensa de los Derechos Humanos en el continente americano.  En ella tenemos los demócratas del mundo puestas nuestras esperanzas en que los Derechos Humanos de Jineth no solo serán protegidos si no que existe la absoluta seguridad que jamás volverán a ser pisoteados. Esto cubre con creces tantas desgarraduras.

Presidente del Comité Permanente de defensa de los DD.HH. Fue Embajador de Colombia en Europa. Trabajó en el Programa de Paz de la Universidad Pedagógica de Colombia, y es un reconocido defensor de Derechos Humanos.