Debo decirles que el nombramiento presidencial de la líder Carmen Inés Vásquez Camacho, como Ministra de la Cultura, produjo en nosotros mucha alegría y regocijo. Y no era para menos. Conocedores del periplo vital de su meritoria existencia que comenzó allá, en ese bello puerto de mar que es Buenaventura, su cuna natal, y que ella con tesón e inteligencia irradió, primero hacía su lindo Valle del Cauca que lleva como impronta indeleble en su sangre y posteriormente llevó hasta coronar las alturas cordilleranas de Bogotá, el centro político y administrativo mas importante de nuestra nación. Aqui ha podido desplegar toda la fuerza de sus ancestros afros e indígenas que le vienen en forma directa desde la emblemática abuela que guio sus primeros pasos y le transmitió toda la cosmovisión africana e indígena que es el principal motivo de orgullo, en su existencia.
Desde muy joven fue consciente de la inaplazable misión de formarse académicamente para ayudar en la justa tarea por las reivindicaciones de los pueblos afros, indígenas y campesinos, que siempre ha sentido tan cerca de su corazón. Buscó ese desafío y lo encontró en las aulas de la Universidad Libre en la facultad de Derecho de Cali donde pudo conocer las bases fundamentales de la constitución del Estado, conocimiento básico que le permitió después de graduada, iniciar una maestría en Derecho administrativo y posteriormente, su especialización en Relaciones Internacionales y Derecho Constitucional, que culminó con reconocidos méritos.
En el segundo periodo del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, acompañó al ministro de Interior Juan Fernando Cristo, como viceministra para la Participación e Igualdad de Derechos. Tocó temas fundamentales que fueron de su preocupación sistemática como democracia, minorías étnicas, consulta previa, Derechos Humanos, género y LGTBI. Allí tuve la oportunidad de conocerla y trabajar con ella en los desafíos que planteaba la movilización social aglutinada fundamentalmente en la Cumbre Agraria, campesina, étnica y popular.
Fui testigo de excepción de su constante desvelo por ayudar a encontrar las mejores salidas a las justas peticiones que expresaban las angustiadas comunidades, que chocaban con los menguados presupuestos de la administración. La vi en múltiples reuniones buscando, en forma afanosa, los requeridos presupuestos para aliviar las dificultades de su gente que se transportaba desde sus territorios hasta la capital del país.
Era incansable en la búsqueda de las mejores salidas a las problemáticas que planteaban los delegados de sus comunidades y fueron muchas las veces en que no ahorró esfuerzos para ir hasta el sitio mismo de las protestas, conversar fraternalmente con sus gentes tratando de aligerar las presiones y ayudando a lograr, para ellas, la solución a las necesidades más sentidas.
En mayo de 2016 la bancada Afro del Congreso de la Republica y el Instituto Nacional Demócrata colocaron en sus manos el “Reconocimiento Luis Antonio Robles” por su trabajo tesonero en la defensa del Pueblo Afrocolombiano.
El gobierno nacional consciente de sus esfuerzos y logros obtenidos la nombró como Ministra Plenipotenciaria de la Misión Permanente de Colombia ante la Organización de Estados Americanos -OEA-, en Washington, donde fue encargada de los Derechos Humanos de las mujeres, de la población en situación de discapacidad, afrodescendientes, Pueblos Indígenas y niños, realizando una significativa e importante tarea que será reconocida en el tiempo.
La cultura es la expresión mas alta en la existencia de una nación y al reconocer en la doctora Carmen Inés Vásquez sus eximias cualidades como expresión genuina nacida y procedente desde los territorios ancestrales de nuestra nacionalidad, el Presidente (electo) Iván Duque está ratificando con su nombramiento una profunda vocación de que sean ellos y sus visiones los que ayuden a definir los nuevos rumbos para nuestra esperanzada sociedad.
Como dicen los marinos que fondean es su puerto: ¡¡¡Buen viento y buena mar, Señora Ministra!!!