La moda de ahora para ejercer la política es no tener Partido. “Eso es cosa de los politiqueros”, dicen muchos de los que aspiran a la Presidencia de la República, como si esa condición no fuera la más política de todas. “Hay que recoger firmas que es lo único que da independencia”, pregonan. ¿Y quiénes recogen las firmas? Las que no se compran las recogen los conmilitones de ayer, desde los más encopetados hasta el último de los militantes, “para que el jefe pueda ser un auténtico candidato cívico”. ¡Vaya, vaya!
Van más de 20 candidatos presidenciales por firmas, que corren de un lado a otro tratando de organizar un programa y de inventar la historia de sus antecedentes para justificar trayectoria en la lucha ciudadana y comunitaria, “porque eso es lo que da votos”. Los Partidos dividen a los ciudadanos, están desprestigiados, son corruptos, dan mal ejemplo, representan una vieja y desgastada forma de interpretar lo público. No lo digo yo, por supuesto; es lo que pregonan los que se salen de los Partidos Políticos, para justificar su “audacia” y convocar a los independientes, a los apolíticos, a los resentidos del partidismo y a los incautos. Multitud a la que hay que agregar, desde luego, a directivos y militantes del Partido que se abandona. De resto no tendría gracia. ¡Muy coherente, muy sabio, muy bonito!
Los liberales no vamos a hacer eso. No nos vamos a camuflar ni engañaremos a nadie. Pensamos liberal, tenemos antecedentes históricos valiosos, contamos con una doctrina que profesamos con orgullo, tenemos un programa social moderno, somos demócratas, apoyamos la paz, rechazamos la corrupción, defendemos la naturaleza, respetamos las leyes, deseamos pronta y honorable justicia, somos una mayoritaria representación de minorías y de luchas reivindicativas, deseamos que el sol brille para todos.
Contamos con himno, bandera, color, ideología, edificante trayectoria y no tenemos que inventarnos nada, para comprometer efectiva y electoralmente a las y los colombianos. Somos laicos, defendemos la libertad religiosa, creemos en la necesidad de la igualdad, somos la juventud, la tercera edad, los obreros y sindicatos, los campesinos y los profesionales, las regiones, la educación de calidad, la salud, la vivienda, la seguridad ciudadana, los servicios públicos, el transporte adecuado y cómodo, la propiedad como función social, la libertad de empresa y el empresariado, el capital con intervencionismo del Estado y no tenemos que irnos para ningún lado. Estamos, cabemos, en el Partido Liberal.
En el Partido Liberal haremos consulta popular y amplia para escoger la candidatura presidencial y estaremos dispuestos a hacer alianzas con sectores progresistas para definir la persona que garantice la paz y esté comprometida a ejecutar reformas políticas y económicas que garanticen igualdad, ética y equidad.
Los liberales nunca renunciaremos ni nos avergonzaremos de nuestro Partido. Ya se está logrando uno de nuestros grandes cometidos, el de la paz. En ello no vacilaremos ni daremos marcha atrás. Y todo lo que venga de bueno para los colombianos lo acogeremos, lo apoyaremos y ejecutaremos como liberales y en nombre del Partido Liberal. Las firmas se compran; la lealtad está en el corazón.