Hay una tendencia creciente en Colombia y en el mundo supremamente preocupante: Hacer cada vez mas pobres a los pobres y mas ricos a los ricos, con la profunda gravedad que una tendencia malsana de esta naturaleza encarna para Colombia y para todos los pueblos del mundo.
La llegada al poder del Presidente Iván Duque en representación de un partido plutocrático como el Centro Democrático (CD), fue un campanazo de preocupación. Después de tomar posesión, lo primero que hizo fue impugnar el Acuerdo de Paz que entre otros logros plantea la Reforma Rural Integral, como el camino viable para que millones de familias campesinas tengan acceso a la tierra y a las herramientas técnicas que les permita ponerlas a producir.
Con este esfuerzo se conseguían dos objetivos fundamentales: El primero, lograr el camino de hacer más democrática y social la producción de alimentos; y por otro, poder suministrar toneladas de productos de pancoger que lógicamente abaratan la canasta familiar de los colombianos. Nada de esto se ha implementado. Los campesinos, eternos olvidados del presupuesto nacional, como si no existieran, siguen esperando, frente a un Estado y un gobierno que solo se preocupa en legislar para los ricos y los dueños de inmensas fortunas. Así no es. Así no puede ser.
A nivel mundial la situación está más grave todavía. Este es un dato aterrador. 2.150 personas tuvieron mas riqueza que los 4.600.000.000 (cuatro mil seiscientos millones) de personas más pobres en el mundo. Todo esto teniendo en cuenta que la China Comunista, el país mas poblado del mundo tiene 1.420.000.000 (Mil cuatrocientos veinte millones) de personas. Este escalofriante dato fue revelado en un informe de Oxfam titulado: “Tiempo para el cuidado: El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad”.
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas en su informe “Situación social en el mundo 2020”, según el cual mas del 70 por ciento de la población mundial vive en países donde la desigualdad ha crecido desde 1990 y esta creciente desigualdad beneficia a los más ricos”. (Diario “El Tiempo”. 26 de enero de 2020).
La situación es tan dramática que el premio nobel Joseph Stiglitz, quien se presentó en el Hay Festival de Cartagena, donde llevó su libro “Capitalismo Progresista”, dijo: “El mundo necesita Un nuevo Contrato Social para lograr un equilibrio razonable entre mercado, Estado y sociedad”. En esta forma se podrían acabar las desigualdades y las protestas que en el mundo son cada vez más duras y multitudinarias.
En esta forma, quienes sostenemos desde hace muchos años que es necesario y urgente construir un Nuevo Proyecto de Nación basado en un Nuevo contrato social, nos acompaña la razón histórica de luchar por la justicia social y por el respeto de todas las mujeres y los hombres amantes de la Paz y la equidad.
Ya están notificados los grandes monopolios y los esquilmadores del trabajo de millones de seres que laboran en condiciones deprimentes y abusivas a sus Derechos Humanos. Si realmente quieren evitar los grandes cataclismos sociales que se vislumbran, tienen que integrarse a buscar las soluciones dignas y de respeto que reclaman todos los trabajadores y campesinos del mundo. De no hacer esto se impondrán soluciones dramáticas y de fuerza de imprevisibles consecuencias.
VISITA DE AMIGOS. Nos visitó el gran amigo, desde los tiempos de la Universidad Nacional de Colombia, el arquitecto Adip Numa Hernández, quien vino procedente de Cúcuta. Sus amigos Arminio Piñeres, Alfonso Quintana y este servidor aprovechamos su estadía para recordar tiempos históricos de las luchas estudiantiles de hace mas de cincuenta años. Feliz regreso Adip Numa a la brava tierra nortesantandereana de donde somos hijos orgullosamente. Te seguimos esperando con los brazos abiertos, compañero del alma.