Si las cosas siguen como me ha ocurrido en los últimos días, voy a terminar dándole las gracias a Gaviria por haberme sacado arbitrariamente de la cabeza de lista al Senado por el Partido Liberal. Hacía muchos años no recibía tantas expresiones de solidaridad y de cariño ni escuchaba tal número de voces liberales ni me llegaban por diversos conductos los saludos y las expresiones de amistades no partidistas, de parientes, intelectuales y académicos, con los cuales coincidimos en el afecto mutuo y en las ideas de democracia y convivencia. Según dice el lenguaje popular, “no hay mal que por bien no venga”.
Como todo ocurrió de un momento a otro, no hubo tiempo de mayores comentarios. Aprovecho este escrito para establecer algunas importantes definiciones.
Soy militante del Partido Liberal desde quinto año de secundaria, con carnet de las Juventudes Revolucionarias del MRL que dirigía Alfonso López Michelsen. Corría el año de 1959, saquen la cuenta. Nunca he cambiado de Partido, ni lo haré. De mi puede decirse que soy un “animal político” en el sentido Aristotélico, no un político animal, que es diferente. Siempre liberal, en las buenas y en las malas, de los de trapo rojo, con ideas políticas y compromiso social.
Sé por qué soy liberal y hasta el último minuto estaré en orden de batalla para defender los derechos y garantías de los colombianos, sin dar cuartel ni exigir recompensa. Es lo que he hecho siempre y el Partido me lo ha premiado con creces. Si en ciertos momentos me ha atacado fuego amigo, siempre he salido avante en compañía del pueblo, despreciando a los malosos, a los oportunistas y a los que abusan del poder.
Respaldaré con todas mis fuerzas la candidatura presidencial de Humberto de la Calle Lombana, triunfador en la consulta liberal, hombre de experiencia, con notables capacidades para lo público, demócrata y agudo observador de las realidades nacionales. Ha sido protagonista en los dos acontecimientos sobresalientes del país en los últimos cincuenta años: la Asamblea Nacional Constituyente y el Acuerdo de Paz con las Farc. Ojalá logre los mejores acuerdos con sectores democráticos para darle la pelea electoral a las derechas, que desean la guerra, el retroceso ideológico y el conservadurismo institucional y social.
A pesar de los pesares deseo que las listas al Congreso Nacional del Partido Liberal tengan buen suceso. Lo merecen, pues en ellas hay buenas candidaturas, probas, diligentes, respetables, que ojalá saquen muchos votos. Por mi parte respaldaré a Horacio José Serpa para el Senado, y a quienes directamente lo acompañan en Bogotá, Samir Abisambra, en Santander, Alberto Chávez y en el Valle, Luis Felipe Campo. Como es costumbre en estos casos, en otros Departamentos hay Cámaras afines que Horacio José, según me ha dicho, acompañará con gusto.
Como la política es cuestión de querer y sentir, seguiré opinando y ayudando. Paz, democracia y equidad, son mis máximos compromisos. Le recuerdo a Rosita que ni perrito ni sudadera ni cachucha. Hasta el final.