El Domingo 11 de abril el Perú marco su elección presidencial número 42 desde la primera en 1827, donde hasta la actualidad solo se han registrado 2 elecciones anuladas 1936 y 1962. De igual manera, se han llevado a cabo 21 procesos para congresistas ocurrido desde 1931-2021. El Perú en relación al Parlamento Andino creado el 25 de octubre de 1979, registra 4 participaciones con 5 miembros desde el 2006- 2021.
La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) marco 24, 557, 241 ciudadanos habilitados para votar, y se presentaron 17, 245, 212, dando el resultado de primera vuelta, y logrando ir a segunda vuelta el 6 junio, Partido de Perú libre liderado por el Pedro Castillo con 19, 050 %, votos 2, 692,358; seguido del Partido Fuerza Popular, con 13, 3666 % votos 1, 888, 286. Lo que llama la atención es que el voto blanco llego a ser el favorito con 2, 149, 377 votos, y nulos 68,754 votos, actas al 100 %.
El proceso electoral dio Perú 130 congresistas, en un ambiente democrático atípico en los últimos 30 años; la lucha por el poder entre la reaparición de una izquierda andina y la unidad de las derechas neoliberales. Los escaños parlamentar quedaron así: El Partido Perú Libre (Izquierda provinciana) 35 congresistas; Fuerza Popular (Partido de la Derecha de Fujimori) 24 curules; sigue Acción Popular 17; Alianza Para el Progreso 15; Renovación Popular 13; Avanza País 7; Juntos por el Perú 5; Podemos Perú 5; Somos Perú 4; Partido Morado 3.
La segunda vuelta inicio en medio de una pandemia con más de 56, 797, mil muertos, y una media de más de 300 óbitos por día. El fervor de la campaña política, y la militancia de sus electores, están haciendo de vista gorda la existencia de virus. La mascarilla se ha convertido en la anfitriona de la salud de la población, y la euforia política. El alcohol es el confidente seguro ante la suerte de evadirse entre el Covid-19, y los pocos centímetros de distancia entre los unos y los otros en los mítines. (Ya hay trabajo para la sociología contemporánea pos pandemia abordar estos tipos de comportamiento).
Ante todo, obstáculo el partido político de Pedro Castillo ha manifestado, en ser concisos ser una organización de lucha partidaria comunista leninista y Mariateguistas. Sus ideas se encaminan a buscar romper el tabú de lo posible, y llegar al poder. Entre sus principales propuestas están nacionalizar los recursos; hacer un Estado protector; consultar en referéndum para cambiar la Constitución Política, si es que ganan el 6 junio 2021.
Por su lado, Keiko Fujimori no necesita mucha presentación, lidera la guarnición de las políticas neoliberales, del Consenso de Washington y el desigual libre mercado. Entre sus principales propuestas esta seguir manteniendo el statu quo del país a modo conservador, y defender a como de lugar la Constitución Política del 1993 creada por su padre Alberto Fujimori.
Lo que preocupa a todos, es que el presidente que gane en la segunda vuelta, tendrá que lidiar de forma dura y rápida con la pandemia, y la crisis económica agravada con la pandemia día a día.
En definitiva, el Perú se encuentra entre la espada y la puerta de la utopía con pinta de esperanza. O el continuismo capitalista sumada la corrupción, o el intento de buscar nuevos rumbos. El buscar mudar la Constitución Política, es una fuerte batalla, dado que estaría en juego el stop a las formas de la política, económica, de los últimos años, arrastrada desde Fujimori. Los jugadores están en la cancha, la camiseta del neoliberalismo ya suda frio, y la voz de los olvidados sin importar nada quieren ver otras cosas. Peligra el Grupo de Lima se podría quedar sin casa de ganar la marea roja.
Los grandes medios de comunicación ya iniciaron campaña mediática, al parecer gustan de Keiko Fujimori, dado que, si gana, Dios coja confesados a los peruanos. La candidata de Fuerza Popular, se sospecha tendría fines claros, ganar y librarse de los juicios por corrupción que se impusieron, y la llevaron a la cárcel. Resaltar el sonado llamado me Vargas Llosa, a votar por Keiko, sin palabras, pero al fin se respeta.
Entre lo más sonado de la segunda vuelta es el uso indebido de conceptos indigentes de sentido para la época; terrorismo, terrorista, cholo, serrano, indio, y otros apelativos entre la población, medios de campaña, y televisivos. El terrorismo es usado para estigmatizar al candidato Pedro Castillo, incluido y choleo.
Por último, los grupos de poder como la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), para nada sería de su agrado la segunda vuelta.
¿El río electoral ya hace sonar piedras de ambos candidatos, qué elegirá, el pueblo y la ayuda mano mágica de los grupos de poder?
