Preocupa el grado de confrontación que se registra por la presencia de la plataforma Uber. Son contantes los registros en los medios de comunicación sobre los ataques de que han sido víctimas los propietarios de los vehículos y los usuarios de este sistema que opera en el país desde hace cuatro años.
Uber funciona en Colombia en forma no regulada con más de 10.000 socios conductores. Teniendo en cuenta que no ha sido reglamentada su operación, el Ministerio del Transporte considera esta actividad como ilegal, sin embargo no se puede desmontar la aplicación por tratarse de un sistema digital.
El propio Ministerio de las Tic´s reconoció el pasado 23 de marzo ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca la imposibilidad de bloquear el sistema porque “el principio de Neutralidad de red, es característico y fundacional del Internet, protegido por la comunidad internacional, y propende por la protección del derecho de los ciudadanos a un internet libre y abierto, con libre acceso a la información, la libertad de empresa y la libre competencia, derechos consagrados en la Constitución”.
Es un servicio sobre el cual no existe ninguna reglamentación y, al mismo tiempo, utiliza una plataforma que no es posible desmontar. Pero más allá de eso están los usuarios, es decir, aquellas personas que quieren un servicio público individual de calidad así resulte más costoso por tratarse de vehículos particulares, en algunos casos, de alta gama.
Lo que se requiere es que el Gobierno Nacional reglamente esta actividad. Los usuarios tienen derecho a escoger el servicio y tarifa que prefieran. No logro entender por qué no puede operar un sistema alterno al tradicional a de los taxis, si prestan un servicio de calidad y si se puede acceder a él a través de la tecnología.
Esta aplicación ya opera en 334 ciudades de 59 países en cuatro de los cinco continentes (excepto Australia). En el caso de Estados Unidos, 54 jurisdicciones (188 ciudades, entre las cuales se encuentran, por ejemplo, Nevada, Nueva York, Chicago, Portland, California, Seattle, Boston y Washington D.C.) y 5 ciudades fuera del área continental han regulado a empresas tecnológicas que ofrecen ‘ridesharing’, es decir, vehículos particulares o especiales para transporte de pasajeros , como Uber. Filipinas es la única nación que tomó medidas a favor de estas plataformas digitales.
No podemos desconocer que la presencia de Uber ha generado fuertes protestas con el gremio de taxistas en Francia, España, Colombia y Brasil. Incluso, algunos europeos han tomando medidas para prohibirla, incluyendo la apertura de investigaciones judiciales a la empresa y a algunos de sus directivos.
El eje central de la discusión proviene de los gremios de taxistas que ven en esta aplicación una seria amenaza. Según el Registro Único Nacional de Tránsito, RUNT (2016) estaban matriculados 480.000 vehículos taxis oficialmente y 800.000 conductores de taxi en todo el país, siendo Bogotá con 52.768 vehículos, la ciudad con el mayor número de taxis, seguido de Medellín con 19.000 y 27.000 en los 10 municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburra.
No he entendido por qué los taxistas no pueden competir como los demás sectores. Lo que se requiere es que el Ministerio de Transporte expida, finalmente, la resolución que pondría reglas claras al servicio de taxi de lujo, creado en noviembre pasado a través del Decreto 2297.
El borrador de la norma prevé que este servicio lo podrán prestar taxis, que se habiliten en la nueva categoría. Esta se caracteriza por emplear automotores negros, con una franja lateral a cuadros, de colores blanco y gris. Dispone, por ejemplo, que la aplicación debe estimar las tarifas, dar cuenta de la ubicación geográfica y duración de los viajes, aceptar pagos por medios electrónicos, recibir quejas y reclamos, calificar el servicio prestado y también al pasajero, entre otras cosas.
Se requiere voluntad política para expedir normas pero también voluntad de las agremiaciones de taxistas para permitir que puedan competir en igualdad de condiciones. Lo que se busca es que los usuarios sean los ganadores. Es lamentable que Gobierno Nacional no haya resuelto el problema y que la solución sea declarar ilegal esta actividad, debe darles opciones y dejarlos trabajar, máxime cuando se está prestando un excelente servicio.
A la controversia se suma ahora otra discusión no menos delicada. Por ser Uber un servicio ilegal las autoridades de tránsito anunciaron la posibilidad de imponer comparendos a quienes utilicen este servicio. La polémica surgió a raíz de un video, revelado por Caracol Radio, en el que una agente de tránsito le dice a un grupo de taxistas que “pedir el servicio de Uber también es una falta al Código Nacional de Tránsito porque es un servicio ilegal, entonces también va comparendo”.
Sin embargo, el comandante de la Policía de Tránsito de Bogotá aseguró que por ningún motivo se puede cobrar una multa económica pero advirtió que “el Código Nacional de Tránsito establece unos comparendos pedagógicos que se imponen a quienes están utilizando medios de transporte no autorizados”.
No estoy de acuerdo con medidas de esta naturaleza, ni declarar ilegal este sistema ni imponer comparendos a sus usuarios. Creo que son retardatarias. Debemos preguntarnos en consecuencia, ¿A que le tiene miedo el Gobierno?