Santurbán el alma del agua

Opinión Por

Fue mi ilustre paisano el poeta ocañero Euquerio Amaya o Adolfo Milanés quien, a comienzos del siglo XX, cuando Colombia salía de los horrores que había generado “La Guerra de los Mil días”, presintió la amenaza contra el agua, el líquido vital para la existencia de la vida. Su pluma radiante de juglar, escribió el sublime y premonitorio poema “Anima Aquae”, el alma del agua, que les transcribo y que llena el corazón de profunda tristeza e interrogantes: 

ANIMAE AQUAE

Sobre el lecho arenoso

 de las fuentes exhaustas

 rezo, ¡quien lo creyera! 

Por el alma del agua. 

 Las fuentes se durmieron rumorosas y mansas. 

 ¿Qué sentirán los cántaros por las fuentes exhaustas? 

En mi espíritu enfermo una tristeza canta

 ¿Qué soñaran los musgos por las fuentes exhaustas?

 Y en mi interior una tristeza llora y canta, 

 una tristeza ingenua. 

 ¿Será el alma del agua?

                                                                     Adolfo Milanés 

El agua sagrada que nace en el páramo de Santurbán, macizo montañoso conocido también como “Nudo de Santurbán” nos ha mantenido vivos a los Santandereanos, desde muchos años antes de que el grito de la rebelión estremeciera a esa tierra, ¡grito de los Comuneros! 

Ahora, el agua sagrada está siendo amenazada de destrucción por los mercaderes y políticos de la muerte, quienes pretenden dinamitar y triturar sus entrañas montañosas para extraerles los granos de oro con el que el Dios Grande de esos paramos bendijo y gratificó con generosidad, a la gran familia santandereana.

Queremos decirles a los que pretenden convertir nuestro páramo en ese erial de desolación, muerte  y tragedia, como producto de su destrucción,  que no vamos a permitirlo,  así nos toque convocar nuevamente a los espíritus ancestrales que habitan  esas montañas y que le dieron la fuerza a Galán el Comunero para enfrentar al opresor y esclavista gobierno español, poniendo las bases de la Rebelión que treinta años más tarde, cerró con broche de oro, nuestro gran Libertador y Padre Simón Bolívar y sus huestes,  terminando por fin ese oscuro periodo de nuestra existencia. 

De Milanés convocaremos la “tristeza ingenua que llora y canta en su interior” para interrogar al alma del agua y además preguntarles: Por qué pretenden arrebatarnos para siempre el líquido cristalino y de vida, que nos permitirá levantar las generaciones futuras que ya se asoman ante el altar reverente de la historia, quienes seguirán inexorablemente el camino de la existencia.

En “el lecho arenoso” interrogaremos a “las fuentes exhaustas” dónde la avaricia y la codicia de los capitalistas modernos, perdidos en su juego de abalorios nos quieren transmutar el agua pura de nuestras montañas por el oro, “estiércol del demonio”. 

¿Preguntaremos a los cántaros vacíos de las sedientas tribus de la Guajira, los hermanos Wayuu, dónde estaban sus ancestros cuando en un acto de rapiña les cambiaron el agua de sus ríos por la sequedad hostigante y homicida de los carbones del Cerrejón?

No. No pasaran los mercaderes de la muerte que pretenden cambiar el agua cristalina de los musgos por la muerte lenta del cianuro…No pueden pasar, porque allí estará la sonrisa defensora de nuestros niños, los ojos de esperanza de nuestras mujeres, la calidez infinita de nuestros hogares.

Presidente del Comité Permanente de defensa de los DD.HH. Fue Embajador de Colombia en Europa. Trabajó en el Programa de Paz de la Universidad Pedagógica de Colombia, y es un reconocido defensor de Derechos Humanos.