Sin líderes no hay democracia

Opinión Por

Su Excelencia Monseñor Luis Montemayor, quien es el Embajador Plenipotenciario de su Santidad el Papa Francisco, en Bogotá, ha dicho tajantemente que “Sin los líderes sociales no hay Democracia”. Y tiene toda la razón. La democracia es el gobierno del pueblo. Y si a un pueblo, en forma sistemática, se le van asesinando sus múltiples líderes sociales, lo que hay es “una confluencia de intentos para desarticular las organizaciones sociales, impedir que haya resistencia de la sociedad civil”, ha dicho el Nuncio Apostólico quien es además del representante del Papa, su amigo y a quien consideró para este importante cargo.

En una interesante entrevista que concedió al diario “El Tiempo” y en especial al editor de política Armando Neira, planteó que “Hay que dejar de torpedear a la Justicia Especial para la Paz – JEP”, porque ella es la columna vertebral de todos los esfuerzos que realizan los colombianos por consolidar la Paz y la Reconciliación Nacional. 

A la pregunta ¿Cree usted también que la implementación del Acuerdo con las Farc está amenazada? Respondió con mucha claridad al decir, “Eso es evidente, y con consecuencias complejas. Conozco bien las zonas de conflicto y he visto que hoy los habitantes que están allá viven en la incertidumbre. No saben siquiera con quien tienen que tratar”. 

A esta categórica respuesta le preguntan ¿Antes sabían que las Farc eran las que mandaban? A lo que responde el Nuncio Apostólico: “En efecto. Y con ellas negociaban un statu quo que les permitía de alguna manera saber al menos a quien podían protestarle, Ahora no. La gente no identifica quien tiene el poder, solo saben que son muchos y que estos tienen luchas permanentes”.

Tan acertada respuesta obliga al entrevistador a preguntar: ¿Luchas por el control regional con altas dosis de violencia? La respuesta es rápida: “La tensión es alta. Los ataques contra los pobladores se han multiplicado y no se sabe bien a quien hay que dirigirse para tener protección. Cada día que pasa la situación es más grave.

Sin embargo, la situación se torna más delicada y preocupante cuando se llega al punto del asesinato de los líderes sociales que son representantes puros de las comunidades.  Pregunta: Y en medio está el drama del asesinato continuo de líderes sociales…Y esto responde el representante diplomático de su Santidad Papa Francisco: “El tema de los líderes sociales se ha politizado, y forma parte de la exasperante polarización que impide incluso tocarlo con seriedad y encontrar solución, pero es cierto que nosotros vemos, sino un plan sistemático, una confluencia y una convergencia de intentos, con un objetivo común, que es desarticular las organizaciones sociales,  impedir que haya una resistencia de la sociedad civil, una capacidad de reaccionar, y eso es un problema enorme para la democracia; sin líderes sociales no hay democracia”.

Sera que estas palabras expresadas por el representante de su Santidad el Papa si les quedan claras a los partidos políticos y a sus integrantes que ven con ojos de aceptación los crímenes que a diario se cometen contra las comunidades campesinas, indígenas,  afros o contra organizaciones, como la Acción Comunal, que su único pecado ha sido trabajar por las mejorías en la vida de estas comunidades olvidadas por un Estado irresponsable que poco piensa y actúa en beneficio de los pobres y desheredados de la Tierra.

Frente a una última pregunta, ¿Qué cree que hay que hacer? Responde: “Varias cosas. Por ejemplo, dejemos de torpedear, dejemos esta actitud de francotiradores contra el sistema de justicia transicional. ¿Por qué?  Porque de algún modo hay que hacer justicia, y este mecanismo fue el que se eligió. Hubo una decisión de Estado, se hizo. Ahora, hay que dejarlos actuar, dejar que muestren lo que valen y lo que pueden hacer”.

Cuanta sabiduría junta. Dios quiera que sus palabras sean escuchadas por el presidente Duque, por el Congreso de la república y demás instancias de poder para que ayuden a encuadernar nuestra sufrida sociedad.

Presidente del Comité Permanente de defensa de los DD.HH. Fue Embajador de Colombia en Europa. Trabajó en el Programa de Paz de la Universidad Pedagógica de Colombia, y es un reconocido defensor de Derechos Humanos.