«SOY INOCENTE» HACE Y DESHACE EN PERÚ

Opinión Por

Mientras siga vigente la «Constitución Política del fujimorismo»-, sea cual sea el partido que llegue, hasta el más revolucionario seguirá desayunando, almorzando y cenando, produciendo, ejecutando sus actividades desde la corrupción y sus aparatos que la mantienen. El fallo del indulto a Fujimori por el Tribunal Constitucional el jueves 17 de marzo del 2022 sería el resultado de las propias escuelas de corrupción que se originaron en todo el aparato del Estado desde 1990; y que no fueron controladas a su tiempo.

 El Fujimorismo es hoy por hoy, gusten o no sus críticos una organización política, económica, social culturalmente corrupta. Social porque dado que se mantiene en vigencia en contacto con la población, nunca desapareció su voto duro por el asistencialismo. Es una estructura que aliena y que sistematiza su forma original y su hábito en la población. Por ende, la actuación pública del hoy llamado fujimorismo debe ser interpretada también como una forma cultural de pensar y dominación, dado que actúan usando el poder y dominación simbólica tradicional y carismática.

El trabajo ideológico es conquistar y someter el modo de pensar, hacer, para que el reproducir entre sus militantes sea como el de un ejército de acción contra sus enemigos. Entonces, el fujimorismo como incentiva normas y valores morales vía el individualismo, neoliberalismo, corrupción, y racismo en sus seguidores, sin dejar fuera tener lazos con otras fuerzas como grupos políticos neoliberales, y Movimientos Sociales de Extrema Derecha del Perú y el Sur. En lo económico el fujimorismo tiene un bastión de recursos bien organizados, mediante empresas de fachada, lavado de activos, y recursos obtenidos desde el mismo Estado en años de corrupción, esto no debe ser novedad. 

 Se escucha en la doxa popular de sus críticos, el fujimorismo es una sarna cancerígena que vive y que no muere con remedios caseros.  En síntesis, si de corrupción se habla en el Perú, el fujimorismo construyó semilleros, escuelas, institutos, y con honores hasta Universidades, pero para formar mafias y tomar al país. El indulto a Fujimori es un ejemplo claro.

Sobre el caso del indulto, lo pertinente y para la reputación del país, sería que Fujimori vuelva a prisión y que pague sus deudas como todos los otros presos de su edad. No se puede permitir que la moral de los justos e inocentes sacrificados por este asesino sea tirada en el inodoro. En consecuencia, de ello, se observa una vez más a la hipocresía de la prensa y medios de comunicación, ahí todos miran a un lado o silban como si nada estuviera pasando.

 Y, ¿qué hacemos para frenar este tipo de hechos en el país?, para empezar por algo, es cambiar la Constitución Política del 1993 que todo les avala, y que por cierto fue realizada y trabajada por ellos mismos. Resaltar no pecar de ingenuos a que una nueva Constitución sería el fin de la corrupción, dado que la corrupción no distingue bandera política. Sobre el Congreso de la República, no se sabe todavía para que se les eligió. Ahora el Congreso es parecido a una obra de construcción civil, donde llegan todo tipo de bandas con pinta de sindicalistas, a pedir su tajada, o si no se sacan los ojos.  

Cómo se va avanzar así, sarta de corruptos. Sobre los congresistas de oposición empezando por los del partido Perú Libre unos cumplen su papel más que otros.  Otros y otras congresistas, solo fueron paracaidistas y nada más. Allí no hay luz ni futuro político. Con un Congreso, así como el que tenemos, no se necesita que vengan enemigos externos para destruir al país y llevarse todo a su paso, dado que ahí dentro viven ratas, gatos flacos, víboras, alacranes, ovejas, leones, lobos, comiéndose el agua, alimentos y el pan de los pobres del país. 

El presidente Pedro Castillo, más cerca estaría de que la derecha y sus socios le saquen su pasaje, o lo inviten a volverse a Chota su tierra que quedarse y buscar fuerza para cambiar la Constitución ofrecida. La nueva Constitución no es un tema solo de Castillo, es una obligación moral del pueblo justo y oprimido ayudar a que se cumpla.  Las expectativas del actual gobierno no son muchas para sus rivales, solo piden vacancia. La esperanza mayor del pueblo es que se mude la Constitución actual por una Plurinacional.

 El Perú está muy maltratado, arañado, dividido, lleno de remiendos por la pobreza extrema y las desigualdades que gentes elegidas y por los que los eligen.  Finalmente, solo hemos hablado de un Perú, representado por los que gobiernan, dominan, hacen y deshacen. Existe otro Perú conformado por indígenas, andinos, campesinos, empobrecidos(as) de todos los departamentos, trabajadores mal pagos, millones sin trabajo, huérfanos, etcétera, esa gente todavía esperaría su atendimiento y reivindicación, esperan su turno.

Natural de Perú, Huancabamba. Licenciado en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Federal de Integración Latinoamericana- UNILA- Brasil donde vive actualmente. Líder del Grupo de Estudios e Intercambios Andinos de Huancabamba y América Latina- GEIAHAL.