Los colombianos de todas las edades, los géneros y las etnias tenemos una deuda con el profesor universitario, filósofo y filólogo, Sergio Jaramillo Caro, Ex. Alto Comisionado de Paz quien, después de una gestión, impecable y admirable, en beneficio de la Paz y la Reconciliación Colombiana al firmar los Acuerdos que pusieron fin al conflicto armado de más de 70 años con las Farc. Ep, acaba de renunciar a su cargo, para asumir complejas tareas diplomáticas de Colombia en Europa.
Perteneciente a un árbol genealógico que hunde sus raíces en la antigua provincia de Ocaña siendo tataranieto del ilustre poeta y filósofo ocañero José Eusebio Caro y del expresidente conservador Miguel Antonio Caro, a su vez es descendiente del gran patricio liberal y pedagogo Luis Eduardo Nieto Caballero. Posee una excelente formación académica lograda a través del estudio de la filosofía en la Universidad de Toronto, Canadá, maestría en la Universidad de Cambridge y filología en la Universidad de Oxford. Candidato a Doctor en Griego de la Universidad de Heidelberg, en Alemania. Domina varios idiomas como español, inglés, alemán y francés. Posee amplio conocimiento del italiano y del ruso. Director ejecutivo de la fundación “Ideas para la Paz”, que la convirtió en un verdadero “think tank” o tanque de pensamiento. De allí nació la excelente publicación “Siguiendo el conflicto” donde mostró su consistencia en estas complejas y difíciles temáticas. Fue Viceministro para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa y profesor investigador de la facultad de Administración de la Universidad de Los Andes, de Bogotá.
Con esta sin igual formación el Presidente Santos lo nombró Comisionado de Paz, que en la práctica no es otra cosa que una designación como compañero del Dr. Humberto de la Calle, en la suprema conducción de los diálogos de Paz que se realizaron en la ciudad de La Habana, Cuba, en el año 2010, conformándose la cabeza del equipo de gobierno encargada de asumir y orientar los acercamientos y la fase exploratoria con las guerrillas de las Farc-Ep.
Desde el primer momento en que se empezó a conocer las premisas básicas que se convertían en principios, sobre las cuales iniciaban la travesía de ese inmenso océano que era la construcción de un proceso de Paz con la guerrilla más antigua en Colombia: las FARC- EP, muchos sentimos, entre ellos yo, que había detrás un profundo conocimiento filosófico, histórico y técnico de lo que es un proceso de negociación, transformación y cambio al interior de los conflictos generados por la lucha de clases, hoy denominadas luchas sociales. No era para menos, estaba a disposición de este gran proceso el inmenso legado de conocimientos del ya descrito Comisionado de Paz: Sergio Jaramillo Caro.
La primera premisa destinada a conducir a un puerto seguro fue aquella que reza: “Nada está acordado, hasta que todo esté acordado”, esta solo pudo haber sido construida con un profundo conocimiento sobre las causas de éxitos y fracasos de: Las negociaciones sindicales, los proceso de Paz realizados en Colombia y los procesos de Paz realizados en distintos países del mundo. Había algo muy profundo que se había comprendido, podían empezar a construir acuerdos sin el miedo que inmoviliza, y en cambio sí, con la perspectiva de la coherencia que demanda la construcción de un proyecto de país amarrando todos los puntos acordados. Esta premisa daba la posibilidad de construir, crear, ir y venir, amarrar y desamarrar lo acordado.
La otra premisa que denota profundo conocimiento y grandeza de corazón de quien o quienes construyeron la estrategia de construcción de la Paz fue: “Asumir la negociación como un proceso pedagógico”. El equipo del gobierno llegó con mente abierta, lo que le permitió creer que podía aprender de su contraparte, validarlo como maestro, reconocer su autoridad en lo que sabe. Esta actitud, repercutió directamente en la confianza y apertura mental del grupo negociador de la guerrilla, asumiendo también una actitud de disposición y asimilación sobre que era posible aprender y comprender de los grupos técnicos del Estado Colombiano, viendo poco a poco, y de manera sutil, pero real y certera la formación de cada integrante de las Farc en la mesa de negociación.
“Negociar en conflicto”, fue otra de las premisas claras, sin ceder ante esperanzas inciertas, sin dejarse provocar por acciones de fuerza realizadas por la guerrilla, sin afanes para recoger réditos políticos y sin miedo a jugarse los ahorros políticos de los que disponían: Gobierno y negociadores.
“La reciprocidad”, estrategia clara dentro del proceso. En el momento en que vieron acciones de buena voluntad de parte de la guerrilla, no vacilaron en efectuar acciones que daban respuesta con gestos correspondientes a los beneficios recibidos, permitiéndonos ver la cristalización de acciones mutuas que consolidaron el proceso.
Detrás del diseño estratégico descrito, siempre sentí la presencia y aportes del Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, con su formación, sensibilidad y reflexiones dándole luces al proceso de paz. Hoy se retira de su cargo de Comisionado de Paz, para ir a cumplir complejas tareas en el mundo diplomático.
Con estos admirables resultados podemos decir que contamos con una gran reserva académica para asumir y sortear las dificultades que conlleva el largo proceso de la construcción de nuestra nacionalidad. En esto el Presidente Santos ha demostrado una acertada conducción y dirección cuando ha llamado a jóvenes educados en muy buenas universidades a que le ayuden a Colombia a encontrar los más claros y mejores caminos, para superar viejas interpretaciones sociales que tanto han bloqueado nuestro verdadero desarrollo humano y tecnológico.
Por todo esto queremos decirle al profesor Sergio Jaramillo Caro: Muchas gracias por realizar esta gestión admirable por la Paz y la transformación estratégica de Colombia. Las generaciones futuras dimensionaran el valor supremo de sus esfuerzos.