Las noticias llegadas desde Venezuela trajeron una muy dolorosa. Murió en Caracas el noble amigo y luchador revolucionario Teodoro Petkoff. Su vida se apagó la noche del 31 de octubre. Su recio corazón, que tantas batallas había librado, se silenció para siempre. Desde muy joven estuvo profundamente comprometido con las causas más sensible de su pueblo. En la Universidad Central de Caracas, donde estudio y se graduó de economista con las mejores calificaciones, participó desde el Partido Comunista en el recio Movimiento Estudiantil que enfrentó y derrotó la sangrienta dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Desde allí comenzó a crecer su figura de luchador revolucionario que le llevó a ocupar las mas altas dignidades en la lucha social.
Recuerdo que fue por el año de 1963, yo estudiaba en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, cuando comenzamos a escuchar las primeras noticias que hablaban del inicio de la lucha armada en Venezuela y donde comenzaban a sobresalir los nombres de Douglas Bravo y los hermanos Luben y Teodoro Petkoff, entre otros. Estos valientes venezolanos habían constituido, con el Partido Comunista de su país, las históricas FALN – Fuerzas Armadas de Liberación Nacional y habían anunciado a los cuatro vientos su consigna revolucionaria: “Hacer la Patria libre o morir por Venezuela”.
Esos años de 1962 a 1965 fueron de mucha actividad revolucionaria en Venezuela que nos comprometían directamente. Nosotros, estudiantes revolucionarios de la Universidad Nacional tratábamos de seguir el paso a los acontecimientos y en el año de 1963, en agosto precisamente, fuimos sorprendidos, gratamente, por la noticia que informaba de la evasión de Teodoro Petkoff del Hospital Militar donde se encontraba recluido, en Caracas.
La organización y desarrollo de las FALN exigía cada vez mayor entrega y sacrificio a sus jóvenes dirigentes guerrilleros. Teodoro Petkoff fue nombrado responsable político del frente militar de Lara-portuguesa–Trujillo, con tan mala suerte que fue detenido en una carretera de la región del mismo nombre, el 15 de junio de 1964.
La situación revolucionaria era extremadamente delicada. El Partido Comunista de Venezuela había desarrollado un complejo trabajo de conciencia política al interior de las fuerzas militares a través del periódico “Estrella Dorada”. Este era clandestino y solo circulaba de mano en mano, y en forma muy segura. Allí estaba contenido el compromiso con la Patria de Bolívar y se daban orientaciones para adelantar importantes operaciones militares en beneficio de la Revolución. En estas se estaba cuando un grupo de militares de la marina, comandados por el capitán de navío Pedro Medina Silva realizaron los levantamientos de las guarniciones militares de Carúpano y Puerto Cabello.
La Constitución de las FALN – Fuerzas Armadas de Liberación Nacional- se dio en febrero de 1963, firmada por los jefes militares que encabezaron las rebeliones de las guarniciones de Carúpano y Puerto Cabello y donde sobresalían los nombres de Douglas Bravo, Teodoro Petkoff y Luben Petkoff, entre otros.
Realmente, la lucha armada no pegó en Venezuela como se quería y se esperaba. Dado que Venezuela, a diferencia de Colombia, no tenía tradición de luchas campesinas. Venezuela había sido tratada con especial generosidad por la naturaleza: Siempre estuvo financiada por el petróleo. A diferencia de Colombia, un Estado pobre, con una economía amarrada al campo y a los precios del café. Venezuela era boyante con su economía petrolera.
En el año de 1968 acabó la lucha armada. Teodoro Petkoff decidió amnistiarse políticamente en el Gobierno de Rafael Caldera, en las postrimerías de la década de los años 60, lo hizo por que entendió, que la única forma de llegar al poder era mediante la organización de masas y las elecciones, saliendo a las plazas publicas y debatiendo en los sindicatos, para convencer, con el peso de la palabra y los argumentos. ¡Nunca más, con la violencia de las armas!
Articulado a la vida política crea el M.A.S: Movimiento al Socialismo, dentro del modelo de la Socialdemocracia Europea. Sus fuerzas se multiplicaron por todo el territorio venezolano, se convirtieron en una verdadera esperanza política y social. Época en la que fue elegido diputado y posteriormente candidato presidencial en varias ocasiones.
Una gran amistad lo unió con nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, quien como homenaje a su valentía de: Considerar valido el desmonte de la lucha armada, le donó al M.A.S. Movimiento al Socialismo el dinero que recibió del premio de literatura Rómulo Gallegos, a comienzos de los años 70, en Caracas.
Por los años de 1983 vino a Colombia al lanzamiento de uno de sus libros y Ricardo Lara Parada, Medardo Correa y yo, pudimos organizar un feliz encuentro con él. Nosotros veníamos de haber levantado la bandera de “Replanteamiento” al interior del ELN colombiano. Se mostró muy interesado en nuestros esfuerzos organizativos y nos estimuló a continuar trabajando por una propuesta política nueva de profundo compromiso social, alejada de las propuestas armadas. El asesinato de Ricardo Lara Parada en Barrancabermeja, en 1985, nos hundió en un profundo dolor y rompió en mil pedazos los planes y las ilusiones construidas.
La compleja situación que vive Venezuela lo llevó a ser Ministro de Planeación del gobierno de Rafael Caldera antes de la irrupción en el poder del presidente Hugo Chávez. Su partido político se dividió, unos a favor y otras en contra del recién elegido presidente. Teodoro Petkoff optó por invitar a votar en contra de Chávez, lo que lo lanzó al ostracismo.
Hoy, ante la ausencia definitiva de su verbo, siento la profunda convicción de que Teodoro Petkoff fue un incomprendido por su pueblo y por la historia. Cuando entendió esta realidad, decidió marchar solo a su encuentro con la muerte. ¡Honra y honor a su memoria ¡