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Opinión Por

Si la lengua hiciera millonarios por lo que emite, en el planeta no hubiera pobres. La política, palabra fácil de pronunciar, pero complicada en su entender y ejecución, y se la sigue subestimando, interpretándose como mejor se les antoja por quienes la llevan a la práctica. Max Weber nos describe, hay un grupo que usa a la política para vivir de ella, y otro grupo, que son pocos contados con los dedos, los que trabajan y hacen de la política una verdadera profesión para servir.  ¿El elector se ha preguntado alguna vez por lo menos, ¿qué significa su voto? La diversión comienza cuando al pueblo se le tienen que presentar los candidatos para que elija y empiece el juego de la competencia electoral. La competencia en busca del voto, lleva a una especie donde todo vale para ganar, dicho sea, solo uno tiene que ganar. El riesgo está, en quién se confía el voto, o gato o liebre. 

En el Perú la poca intelectualidad no ha sabido ocupar ese espacio y conectar con el voto olvidado. Todavía existe un desconocimiento de la realidad entre quiénes suponemos conocer la realidad y los que presumen con no necesitar conocerla. Hay mucho intelectual de carpeta, sin nada de ajustes a lo concreto, creo somos los que más abundamos. Hago una crítica al intelectual de izquierda porque se supone, que estudiamos para ayudar al sujeto del monstruo el capitalismo, pero en realidad y a las justas conocemos nuestra cuadra donde vivimos. Sobre los que dicen que son políticos, se olvidaron que la palabra «Política» tiene estrictamente una disciplina que se llama «Ciencia Política», y se la tiene que tomar en serio. 

Como Gerry Stoker nota,  la política parte del principio de que todo conocimiento es público y cuestionable. Esto querría decir que el concejo para quiénes la utilizan deben tener argumentos, datos que puedan ser de fuentes para hacer que un voto crea en un candidato de manera argumentativa. Por ello, ¿qué tipo de alcaldes queremos?, millones contestaran a esta pregunta, uno que nos robe obvio. ¿Qué más?,  uno que sea honrado y que haga sus promesas efectivas si llega al poder. Es de analizar que todo está dentro de lo común de la mente de las personas, y que en el fondo el voto representado por una persona pide justicia y lealtad en su acción concreta mayoritariamente. ¿Qué convierte  al voto en un simple espectáculo, o como dicen los cantantes los  Hechiceros de Huancabamba  una raya más al tigre?

Hay votantes que así su candidato sea el menos idóneo, o idóneo para ellos,  se lo sigue firme hasta las últimas consecuencias.  Existe ese otro votante, el volátil, el que está probando suerte, o esperando cambiarse a último momento, ese voto es producto de la ignorancia, aquí están los paracaidistas, y esos son muchos en todo lado. Como también existe un voto responsable, que es poco todavía, pero hay y se tiene que inculcar siga creciendo. Y otros grupos de votos que no creen en nada, claro. Entonces ¿qué tipo de elector somos, o conscientes, autoconscientes, o inconscientes? Y ¿qué tipo de practicador de la política es usted como candidato, candidata, uno que quiere el poder para vivir de la política, o uno qué hace política por profesión y convertirla en un arte de servicio? 

En definitiva, la forma como se llevan a cabo las acciones de la política en nuestros pueblos obvio que son infinitas es de imaginar, en su mayoría un circo o un caldo con muchos sabores. En el Perú, en especial en provincias, falta mucho, aquí no hay programas e ideologías de partidos sólidos todavía. En estos pueblos poco a poco  se perdió el gusto por hacer de la política un arte para servir, dar de comer al que no tiene, ayudar a libertar al huérfano, y pagar con justicia lo que la mujer viuda hizo con su voto. Se viene confundiendo que por ser pobre se puede chantajear de muchas formas.  Al parecer tanto el voto vivo viene enseñando al político ser falso, como el político viene haciendo escuela de malos hábitos sobre el voto vivo. Lo más triste y cruel que el voto sea un testigo. Se espera en corto tiempo, que el intelectual que se cree crítico baje de sus nubes a la realidad concreta para actuar. Un pie en la teoría y otra en la práctica. Al voto se le pide, no se venda por una dádiva. Al voto del presente, que está en nuestras manos, hacer de un mejor voto vivo para el futuro de este presente.  Al que práctica la política, que esta obligado a estudiarla, y comprenderla, y que opte por hacer de la práctica de la política una profesión para servir y no para enriquecerse de ella.

Natural de Perú, Huancabamba. Licenciado en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Federal de Integración Latinoamericana- UNILA- Brasil donde vive actualmente. Líder del Grupo de Estudios e Intercambios Andinos de Huancabamba y América Latina- GEIAHAL.