En la América Latina, en países como Perú y Colombia ingresan cada cierto periodo a accionar libertades, derechos y deberes relacionados a las elecciones políticas para sus pueblos por medio del significado de la democracia. El objetivo de esta opinión es proponemos a reflexionar las siguientes interrogantes:
EL SENTIDO DEL VOTO ¿?
Sí vamos a definir y explicitar solo el vocablo del voto en sí creemos que no sería difícil definirlo pudiendo ser una cadena de acciones emanadas por un ciudadano/a/os/as convidados a participar libremente (““) o por invitación coercitiva, incluyendo un lapicero, y un ánfora o maquina electrónica electoral si fuera el caso, eso sería en lo simple un significado sobre el voto electoral. Parafraseando a Giovani Sartori, todo concepto político o de la democracia no puede ser solo analizado desde el lado tácito de sus definiciones literales, dado que el voto al ser realizado por la razón del ser humano, se convierte en una dualidad de lo literal siempre en movimiento, y también para lo abstracto. En este sentido el voto sirve para unificar una cadena de acciones subjetivas y externas con una máscara llena de expectativas, como de incertezas que van desde lo irreal y lo fabulístico entre su agencia, el hábito y la acción de un agente que lo reproduce.
EL VOTO ELECTORAL; PARA QUÉ SIRVE; Y SUS MARCARAS
Parafraseando, el concepto de gobernabilidad como dispositivo disciplinar en Michel Foucault, anotamos que el voto puede ser analizado como un dispositivo seductor, y al mismo tiempo peligroso, que pasa tan desapercibido que hace de control social sin ser notado. El voto en ejercicio pasa luego a un sentido poco analizado por los agentes, y es dar a conocer su apariencia como máscara que serviría como puente para asegurar el poder para unos pocos, y que estos pocos siempre terminan gobernados a unos muchos. Entonces, la máscara del voto sirve para dar un tipo de poder mágicamente consentido a un grupo reducido de agentes políticos que harán de elementos leviatanes ejerciendo el poder, la coerción y la protección de sus ciudadanos. En este sentido un voto sirve para asegurar una elección electoral dentro de una democracia.
¿QIÉNES SE TERMINAN SIRVIENDO DE LA ACCIÓN DEL VOTO?
La posible acción principal del voto se deja percibir como puente para la realización de algún tipo de democracia o régimen de un Estado. Por ende, resaltar que el voto jugaría un rol importante para asegurar el juego de las libertades, de libre elección, y acciones de la competencia y así mismo se cumpla el elegir y se elegidos, por lo que al final será su apariencia y su realidad de los agentes que terminan definiendo sus acciones. Por eso, se supone que por medio del juego del voto político y la democracia el pueblo dice esto quiero, esto no quiero, así debería de ser o hacerse. Lo que sucede después de ejecutar la acción subjetiva del voto, luego se pasaría a un plano, el de los elegidos por el voto, es ahí cuando las cosas no salen como nos imaginamos o como deberían de darse. Gustemos o no un voto y su apariencia, terminan legitimando a un comando reducido de insiders políticos y burócratas legitimados, y que al final de cuentas estos agentes elegidos terminan o ya se acostumbraron a deshonrar el sentimiento de quien los eligió.
En países como Perú, Colombia y la región periférica, por lo que se ven en sus experiencias prácticas el voto electoral en lo político concluye siempre para la complacencia de unos pocos quienes lo ostentan al final de todo proceso. Por así decir, siempre siendo para pequeños grupos reducidos en organizaciones y sociedades disfrazadas de partidos políticos en favor de la sociedad y sus problemas sociales. Infelizmente, el voto se ha convertido en una ideología social repetitiva que no solo empobrece al elector, sino también lo explota y lo aliena; la mayoría de sus actores al final son solo mercadurías en un mercado de politiqueros.
Enfatizar que se tiene que seguir fortaleciendo la idea de un voto consciente, pensado, y crítico por el lado del electorado. Por otra parte, dar responsabilidad urgente e inmediata a las escuelas políticas a tomar con seriedad y saber honrar a ese voto de confianza que viene de la mayoría de un pueblo. Denunciar que el voto no es un camino para enriquecer familias, o grupos de intereses. El voto es sinónimo de esperanza, mudanzas, y búsqueda de transformaciones de sus ciudadanos depositada cada temporada de elecciones municipales, presidenciales o departamentales. Finalmente, enfatizar que el voto es el oxígeno que da vida a una cadena de estructuras e instituciones sociales, políticas y económicas en una sociedad y Estado.
Denunciar las máscaras del voto es un derecho y deber, fortalecerlo es una actitud de conciencia responsable.