El liberalismo económico defiende lo particular, adora el mercado, practica el neoliberalismo, está a la orden del Consenso de Washington, elogia las antiguas tesis individualistas de Adam Smith, defiende el crecimiento económico como manera de acumular riqueza, sin tasa ni medida, de manera tal que un día, imposible saber cuándo, haya tanta riqueza que sea viable repartir los sobrantes entre los pobres de la tierra. Son los republicanos en los Estados Unidos, los conservadores y liberales en Europa, la derecha económica ortodoxa.
Ser liberal en el sentido político es ser demócrata, defensor de la vida y de los derechos humanos, propiciar la convivencia, estar contra la guerra y propugnar por la paz, reconocer y practicar lo incluyente, estimular la participación popular, ser tolerante con las ideas ajenas y tener la capacidad de convivir en la pluralidad de pensamientos, defendiendo las propias pero respetando las ajenas. El liberal es reformista y propugna por la equidad social y la igualdad.
El Partido Liberal colombiano abraza al liberalismo político; somos Socialdemócratas. Tenemos, desde luego, planteamientos económicos. También propugnamos por el crecimiento económico, estimulamos la inversión nacional y extranjera, respetamos el capital, pero luchamos porque en la medida del crecimiento se vaya repartiendo a todos, en salarios, en impuestos que el Estado invierta para el mejoramiento popular; tenemos en la Seguridad Social uno de los objetivos primordiales y buscamos el bienestar general.
Rechazamos el estatismo, no creemos tampoco en el Estado entrometido, defendemos la actividad empresarial pero apoyamos el Estado interventor para que defienda a los débiles. Lionel Jospin, uno de los grandes Socialdemócratas, elegido Presidente Honorario de nuestra Internacional en Cartagena, acuñó para el mundo la famosa frase: “tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”.
Eso nos corresponde ser a los liberales colombianos. Liberales en lo político e intervencionistas en lo económico. La economía al servicio del Estado y del pueblo, el Estado construyendo o vigilando la creación de servicios públicos, formando capital humano, permitiendo la competencia pero controlándola para evitar abusos, facilitando la competencia leal, garantizando la propiedad privada pero siempre atento a que tenga la función social que señala la Constitución.
El Partido Liberal colombiano, realizador de tantas e importantes reformas en el Estado y en la sociedad, tiene ahora el cometido de ser el líder de las reformas económicas, políticas y sociales, participando a fondo en la lucha contra la corrupción. Fue lo que quedó claro en el Congreso Mundial de Cartagena, donde los liberales fuimos aclamados por la paz y porque somos capaces, en la coyuntura, de ir adelante en las transformaciones que se discuten nacionalmente.
Gran Congreso Socialdemócrata, Socialista y Laborista, todos democráticos, todos buscando la convivencia para el mundo, todos rechazando la violencia y luchando para que la gente viva con dignidad. En Cartagena 357 líderes progresistas del mundo, de 104 países, aclamaron al Presidente Santos por su admirable discurso y por hacer posible la paz. El Partido Liberal fue protagonista y como lo indicara Uribe Uribe, “abrevó en las canteras del socialismo”.
