Séneca una vez dijo que la mayor parte de los mortales critican a la naturaleza, por haber dado más vida a los animales no racionales, que a lo hombres. Al parecer no estuvo equivocado, el tiempo del ser humano en sus naturalezas de vida es limitado, más ahora en una pandemia. Los mortales se están muriendo todos los días, y los gobiernos todavía no encuentran el camino a seguir, y aquellos menos esforzados ya se hacen de la vista ciega.
¿Cuál es el arte del vivir? El mundo está rodeado de incertezas continuas, y vanidades también. Sí el buen vivir, es cambiado por el valor de uso del sobrevivir, es mejor quedarnos con el justo valor de que vivir es mejor que sobrevivir. La vida y la sociedad hoy viven otra batalla, la hipocresía fría y falaz de los megas medios de comunicación trasmiten lo que los grandes amos les ordenan. Antes del Covid-19 cientos y miles de muertos ya se recogían de hospitales, hogares, o campos de batalla, es cierto, pero hoy se juntan todas las muertes que vienen de las guerras, el hambre, la sequía, y enfermedades como el cáncer, sida, tuberculosis, el dengue, y más. Desde el 2020 ya en el 2021 el mundo enfrenta a la destrucción del super hombre y sus orgullos de llamarse ser pensante. Está a prueba su sobrevivencia. ¿A quién se le puede increpar las culpas del virus?
El mundo está con miedo, por supuesto también, ayer salía cual manada a la selva, hoy vive igual que sus mascotas mirando por las ventanas. Y, con miedo de no saber quién tiene el virus, a su alrededor. Lo injusto, o lo justo es que la vida para algunos solo será corta y desgraciada infelizmente. La vacuna se convirtió en la esperanza de sobrevivir en la época del siglo XXI. Andre Comte -Sponville menciona que mejor sería decir cuanto a los tiempos, que hay un presente del pasado, el presente del presente, y el presente del futuro. Lo que se quiere decir es que para millones de familias que ya perdieron seres queridos por la pandemia, el recuerdo a los que ya no están las mantiene ligadas al presente del pasado. Ahora el super hombre, así como el hombre común, luchan por encontrar maneras ya no de vivir, más sobrevivir. A decir la verdad desde el siglo XVIII con la asunción del capitalismo nosotros fuimos perdiendo el sentido humano y la seguridad de un saber vivir puro, verdadero, colectivo, común.
Los llamados Estados de excepción real, y los ficticios que en este presente nos gobiernan al parecer no les importa el grito ensordecedor de las multitudes pidiendo una justa ayuda para sobrevivir, en la calamidad de la indigencia. Cada día que pasa, nace una nueva familia indigente, duele decirlo, pero el hecho es que, desde la política, de las alianzas que se hacen dentro de los gobiernos, la oferta de políticas públicas de protección para las sociedades en los territorios vulnerables y cada día más vulnerables. Es más que posible que la vida haya estado valiendo nada, para los modos del sistema neoliberal, dado que las formas de gobernabilidad han demostrado solo para empobrecer, explorar recursos y enriquecer sus sistemas y sus generaciones. Nos parece que se ha estado viviendo con los ojos vendados, querer ser lo que nunca fuimos, o ser seguidores y elogiadores de otros mundos culturales, cuando en realidad entre vecinos nos decimos de todo, hasta se apuñala por los costados a los que no opinan diferente a los patrones. La política actual refleja en América Latina una tela delgada entre cuidar la vida y optar por acercarse a la muerte, así lo demuestran las masas de miles de militantes, que acuden apoyar a sus candidatos para la política de sus países.
Finalmente, como van las cosas sería urgente de que se tome con respeto al Covid-19. Se tiene que organizar un ejército orgánico: militares, enfermeros, médicos, profesionales de todas las áreas, ciencia, tecnología, civiles, voluntarios, organizaciones sociales, y más; llamar los gobiernos a su responsabilidad en cuanto defensores de la colectividad, sin necesidad de que desvíen sus otras actividades del Estado. La vacuna está escasa para nuestros pueblos sub desarrollados, los países ricos ya han copado los estoques, así es como protegen los imperialistas a su sociedad. Queda ser colaborativos y solidarios, hoy la vida exige seriedad para caminar en este presente. Sí queremos ser la tinta del presente que escriba alguna cosa para el futuro que espera, un remedio posible sería volver a ser humanos y no super hombres. Enfatizamos todo es posible con voluntad.