UNA REFORMA NECESARIA

Opinión Por

Al parecer, los afanes de las elecciones internas del Partido Liberal Colombiano no han permitido generar discusiones sobre las propuestas que las Juventudes Liberales debemos llevar al próximo Congreso Nacional Liberal, para reformar y actualizar no sólo los Estatutos del Partido, sino también los Estatutos de las Juventudes Liberales.

En semanas anteriores, me dediqué a analizar dos temas que estimo centrales en ésta coyuntura liberal: primero, el presupuesto para todos los sectores sociales del Partido, en aras de cumplir lo mandatado en la Ley 1475 de 2011 o Reforma Política de 2011, a ver si por fin dejamos de mendigar presupuesto para las actividades que demandan las Juventudes Liberales a nivel nacional, dónde se propuso aumentar el presupuesto pasando del 1,66% al 3,0% y segundo, la propuesta para  reformar las funciones de los Directorios Liberales Territoriales, que estatutariamente no tienen la obligación de escuchar a las bases sociales, cumpliendo de mejor manera los deberes que tienen los partidos y movimientos políticos establecidos en la Ley Estatutaria de Juventud del año 2013.

Ahora falta un último aspecto para analizar y es ¿cómo debería ser la estructura organizacional de las Juventudes del Partido Liberal Colombiano para que realmente afronte los presupuestos y la participación real y efectiva en las decisiones del mismo?

Para dar elementos de contexto antes de responder ésta pregunta, se hace necesario revisar lo que dicen los Estatutos de 2002 y su fallida reforma del año 2012.

La reforma estatutaria de 2012, si bien dejó intacta gran parte de la estructura organizacional de las Juventudes del Partido Liberal, redujo de manera atroz la participación de las regiones en las decisiones globales de la Organización Nacional de Juventudes Liberales-ONJL, al transformar el  Parlamento Nacional de Juventudes en el Comité Político Nacional de Juventudes, del que solamente podían ser parte los presidentes/as de las Asambleas Departamentales de Juventud. Es decir, se pasó del Parlamente que tenía un total de 51 miembros a un Comité del que solo hacía parte  un representante por departamento.

Sin embargo, y a pesar de tener una reducida participación, el citado Comité tenía muchas más funciones, comparativamente con las funciones del Parlamento, al ser el máximo órgano de dirección y seguimiento de las actividades de la ONJL, plasmadas en un plan de acción.

Por su parte, los Estatutos de 2002 restablecidos por mandato judicial, a pesar de que ofrecen la posibilidad de tener dos instancias de participación para los y las jóvenes: las Asambleas Territoriales del Partido, que eligen los Directorios y son el máximo órgano político y de decisión del Partido en las entidades territoriales y los Consejos Municipales y Asambleas Departamentales de Juventud, órganos propios de participación juvenil; tienen por un lado, la limitación funcional del Parlamento Nacional de Juventudes, cuya función única es la de elegir de entre sus miembros al representante de las Juventudes ante la Dirección Nacional Liberal y por el otro, la denominada Comisión Nacional de Participación de Jóvenes, un órgano con tintes de asesoría a la labor del Secretario Nacional de  Juventud, cargo que en la lógica de los Estatutos, tiene una función importante y es la de abanderar las agendas del respectivo sector social que representa.

Ahora sí, dando respuesta a la pregunta originaria de éstas líneas, la salomónica solución sería tomar elementos de los dos Estatutos, luego de actualizar la edad estatutaria para ser considerado como joven, dejándola en 30 años, 11 meses y 29 días.

La propuesta iría en dos sentidos. Primero, mantener la composición del actual Parlamento Nacional Juvenil, pero cambiarle el nombre a Comité Político Nacional de Juventudes, dándole el carácter de máximo órgano de dirección de las Juventudes a nivel nacional entre Congreso y Congreso, al que todos los cargos ejercidos en calidad de joven militante debe rendir cuentas, lo cual incluye la Dirección Nacional de Juventud y la Secretaría Nacional de Juventud.

En segundo lugar, mantener la Comisión Nacional de Participación de Juventud, pero ampliando su eficacia  dándole el carácter de veeduría, seguimiento y control al plan de acción sectorial aprobado en el Congreso Nacional de Juventudes Liberales y dejando explicita su función como formuladora de la agenda política y social de las Juventudes entre reuniones del Comité Político Nacional.

Finalmente, toda ésta reforma queda en manos de los nuevos asambleístas de juventud que serán electos en el marco del próximo Congreso Nacional Liberal, ojalá y ellos no sean menores al desafió que tendrán que enfrentar.

PD: Mientras termino de escribir éstas líneas surge en algunos medios la noticia de la designación de Héctor Olímpo Espinosa, actual Secretario General del Partido Liberal Colombiano como Viceministro del Interior, en reemplazo de un hijo adoptivo de Cundinamarca, el actual Ministro del Interior, Guillermo Rivera; y ya algunos quieren aprovechar el río revuelto para ocupar su puesto, como por ejemplo el excandidato a la Gobernación del Magdalena por el liberalismo, José Joaquín Vives Pérez. Amanecerá y veremos.

Si la noticia es cierta, ¡felicitaciones al Secretario, nos hará mucha falta! Y esperemos que la Dirección Nacional Liberal sea iluminada para elegir al mejor reemplazo.

Zootecnista Universidad Nacional de Colombia, Candidato a Magíster en Producción Animal de la Universidad Nacional. Coordinador Nacional para asuntos de Paz de la Organización Nacional de Juventudes Liberales 2014-2018.