Hoy nuestro análisis va dirigido a la profunda crisis que viven ciudades como Barranquilla, todo esto debido al aumento en la percepción de inseguridad que siente la gente en las calles de la ciudad, los hurtos y el número de muertos semanalmente sigue en aumento, a todo este gran flagelo, ahora se le suman las “NOCHADAS” antes conocidas popularmente como “Tardeadas”, donde congregan a jóvenes desde muy temprana edad, inclusive niños, y los trasladan a lugares desocupados (casas abandonadas) con la promesa de rumba, sexo, alcohol y toda clase de drogas. No es un tema menor porque, hasta donde se sabe, es a través de las redes sociales que se promocionan estos eventos en distintos lugares de Barranquilla y Soledad. Y nadie puede controlar fácilmente este tipo de invitaciones cuando el acceso al internet es cada día más fácil.
En el dialogo que sostuve con una persona experta sobre el tema, el ex personero de Barranquilla e investigador, Arturo García, quien manifestó “que a pesar de los recientes operativos registrados en diferentes lugares de la ciudad las autoridades han hecho poco para ponerle freno a las nochadas”
Estas actividades son el gancho para reclutar nuevos menores e inducirlos al mundo de las drogas y la delincuencia. Su investigación sobre el fenómeno ha estudiado la relación de los asistentes de estos eventos con el mundo de las pandillas y las bandas que imperan en la ciudad.
Detrás de estas actividades clandestinas hay muchos hechos preocupantes: para empezar, el microtráfico que está tomando dimensiones muy preocupantes en el país, ante los ojos de unas autoridades y de una sociedad desconcertada que no han encontrado la forma de frenarlo y menos de acabar este vicio que empieza a ganar terreno entre nuestra juventud, que se deja seducir desde las afueras de sus instituciones educativa por negociantes perversos que les ofrecen dulces con drogas, y ahora estas fiestas llenas de ilegalidad con paquetes que incluyen sexo, licor y mucha variedad en drogas que van desde la marihuana hasta la cocaína.
Hoy son muchas las preguntas sobre el tipo de autocriticas que deberían hacerse muchos padres de familias, siendo estos los primeros responsables sobre el actuar y la conducta de estos menores, del mismo modo es el momento de hacer un llamado enérgico a todas las autoridades competentes y a los gobiernos de turno para que diseñen rutas y planes estratégicos contundentes que logren acabar con este tipo de eventos e investigar a fondo a quienes son los que convocan a estas fiestas clandestinas con adolescentes. No todas las medidas deben ser recluir o trasladar a estos menores hasta una UPJ (Unidad de prevención y justicia) por 24 horas, estas medidas arcaicas deben suplantarse con nuevas modalidades que reúnan atractivos para el aprovechamiento del tiempo libre en esta población de adolescentes y jóvenes, donde se logre frenar la adicción de drogas ilícitas, y la prevención para reducir embarazos en adolescentes.
Los sectores donde más realizan las nochadas en soledad son: los barrios La Central, las villas, ciudad Camelot., donde participan cerca de 300 menores, y en Barranquilla, estas fiestas clandestinas se realiza en diferentes sectores de la localidad Sur occidente, Metropolitana y Sur oriente en donde no solo participan jóvenes de estos sectores sino que llegan de otras poblaciones del área metropolitana como Puerto Colombia y Galapa.
