Una de las preguntas que más asalta a los ciudadanos colombianos por estos días, es ¿Por quién votar este 27 de mayo a la presidencia?, cuando quizás la pregunta más importante por hacerse es ¿Por qué motivaciones o ideas votaré este 27 de mayo? ¿Votará en contra de alguien? ¿Votará por descarte, recomendación de un amigo? ¿Votará por el miedo?
Las causas son variadas, pero las campañas saben a qué emociones apelar entre los ciudadanos, y entre todas las estrategias la más lamentable será la del miedo. Decir que Colombia se irá a un abismo solo por elegir a alguien, usar razones inventadas, como la “ideología de género”, o hablar de la entrada del “castrochavismo”, son quizás motivos de algunos candidatos, pero no por eso son los temas que más deberían importar al país.
Estamos en un momento fundamental de la historia ¿Cómo nos reconciliaremos? ¿Cómo le vamos a garantizar a nuestros hijos y nietos que podemos vivir en un país en paz? ¿Cuál debe ser la prioridad de nuestra economía? ¿Cómo lucharemos contra la desigualdad? (la segunda más alta del continente después de Haití), ¿Cómo acabaremos con la corrupción?
La invitación a los ciudadanos es a observar que candidatos se han quedado en las peleas personales, buscan apelar al miedo, una búsqueda por asustar al electorado, mostrándose como innovadores, jóvenes, o representantes del cambio, pero ¿Cuál cambio?
Si el futuro de nuestro país estará en manos de alguien que se hace elegir destruyendo la esperanza, ¿Cómo gobernará?