La participación de la mujer en política ha sido un debate constante en el escenario colombiano, la Ley 581 del 2000 fijó una cuota del 30% como mínimo en los cargos de máximo nivel decisorio, y ahora dicho artículo se encuentra demandado ante la Corte Constitucional pues se alega que solo debe ser transitorio.
Las listas al congreso también poseen este mínimo, pero los partidos las siguen llenando en muchos casos con los nombres de mujeres que no participan en política o a quienes solo se les pide su nombre y cédula para completar una formalidad.
La verdadera paridad en este tema, viene de la mano de un necesario cambio cultural sobre la idea de quién y cómo se debe liderar el Estado, por ejemplo, la MOE destaca que 13 departamentos del país no han elegido nunca a una mujer a la Cámara de Representantes desde la Constitución de 1991.
Colombia tiene ahora a su primera mujer vicepresidenta, y en plena crítica a la nueva Reforma Política planteada por el congreso, se espera del congreso propuestas que puedan tocar este tema, mejorar o reemplazar la ley de cuotas, y ante todo garantizar las oportunidades y la motivación a las mujeres para liderar procesos que tradicional y lamentablemente han liderado siempre hombres.
Este liderazgo viene desde abajo, en espacios sociales, en organizaciones sociales de partidos políticos, entre otros. Es muy positivo tener el primer gabinete totalmente paritario de la historia, como también el ya mencionado caso de la vicepresidenta, pero se espera un compromiso de la clase política colombiana en los próximos años, tanto en las reformas que vienen, como en las políticas que se apliquen, para hacer de esta participación mucho más que una formalidad.