El congreso sirve, pero no todos los congresistas

Editorial Por

El Congreso es una institución democrática de origen popular que tiene el objetivo principal de hacer las leyes, reformar la Constitución si ello se considera necesario, y hacer control político al gobierno nacional. Si el Congreso es productivo y conveniente en sus funciones, o si no sirve para nada, es responsabilidad de sus integrantes, los honorables Padres de la Patria.

En estos momentos hay grandes cuestionamientos al Congreso, de ineptitud, corrupción, incumplimiento, desatención en los compromisos con el País. Ello quiere decir que el pueblo no quiere al Congreso, lo que es un error. A los que no debemos querer es a los Congresistas, si es verdad que son incumplidos y bribones. En este caso no hay que acabar al Congreso, sino cambiar a los Congresistas.

Dentro un año todos los colombianos tendremos la oportunidad legal de elegir Congresistas. Elijamos a los buenos y dejemos por fuera a los incumplidos y pícaros, con lo que le haremos un gran favor al pueblo colombiano.

Es deprimente ver y oír a los Congresistas hablando mal del Congreso. ¿Por qué, si lo ven tan malo, no renuncian? Todos están ya en campaña electoral y se ven tan mal así mismos que despotrican de sus colegas, seguramente para derrotarlos. Se les olvida una ley inexorable: los que escupen para arriba tienen el riesgo de que su escupitajo les caiga en la cara.

Ya le gente no come tanto cuento. Ya todos escuchan y ven y tienen un juicio sobre los Congresistas. Que repitan los buenos, los honrados, los que no están untados de tanta porquería; a los demás hay que abandonarlos, derrotarlos, hacerles pagar caro su irresponsabilidad y su traición a los compromisos populares.

No hay que quejarse tanto de los malos políticos; hay que pasarlos por la guillotina electoral. Hacer valer el poder ciudadano, que sirve para castigar y premiar. Los malos fuera, a la “paila gocha” de la política que es el asfalto, y reelegir a los correctos, a los decentes, a los que realmente cumplen con sus partidos y con la sociedad. La solución está en las manos de los ciudadanos.