El Padre Francisco De Roux califica la misión de la Comisión de la Verdad como: “búsqueda apasionada de la verdad como bien público de todos los colombianos”, y con la posesión este martes de 11 de sus miembros inicia un importante camino para esclarecer lo ocurrido en más de 50 años de conflicto.
Sin duda la tarea es compleja, y De Roux como presidente de dicha Comisión sabe que los esfuerzos deben concentrarse en dar un amplio panorama de un conflicto que ha desangrado al país, que más que una visión única, es la mirada de sus protagonistas, de cómo las minorías terminaron siendo víctimas fatales en los campos y ciudades, de la forma que llegó la droga a mezclarse con esta guerra, y de cómo nacieron y se transformaron los intereses de los involucrados en el mismo.
Estamos hablando de una de las tareas más importantes de la historia reciente del país, por primera vez sin las FARC como gran guerrilla armada, y en plena negociación con el ELN, se buscará la verdad, el bálsamo necesario para unir al país.
Claro que el escepticismo y el juego sucio sobre lo acordado siguen rampantes, la gran fortaleza de esta Comisión como un ente independiente y autónomo es que en cabeza de De Roux buscará estar por encima de ese debate, para ofrecer la visión más completa posible, y traer con ella una poderosa herramienta para la reconciliación.
Un país que necesita salir del debate del conflicto, para hablar de su propio futuro, y la verdad de lo ocurrido es el broche que buscará cerrar ese capítulo. Sin duda la Comisión necesitará el respaldo de todos los colombianos.