En octubre de 2015 el país no salía del asombro al conocer el caso de John Jairo Torres más conocido como “John Calzones”, quien en ese momento fue elegido Alcalde de Yopal (Casanare), una ciudad asolada por la falta de agua y el constante robo de recursos. La sorpresa se da, pues el Alcalde es electo mientras está preso, y desde entonces enfrenta un tire y afloje con la justicia que lo acusa lavado de activos y de enriquecimiento ilícito.
Al iniciar está semana nos encontramos con otra sorprendente situación, después de que el Juzgado 3 de conocimiento lo condenara a 3 años y 7 meses de prisión, este apeló, mientras en su otro proceso pasados los 120 días para que iniciara su juicio, un juez dictó la medida de vencimiento de términos para que este personaje saliera de prisión.
Frente a su panorama jurídico, ahora se habla incluso de su regreso a la Alcaldía de Yopal, a al cual llegó gracias al Proyecto de vivienda Ciudadela la Bendición, por el que ahora enfrenta otro proceso por construirlos sin ningún permiso legal.
Este caso, ya es emblemático, y refleja la desidia de un país cuya justicia no parece capaz de cumplir su función, y menos ante personajes como este que pueden llegar a tomar decisiones que afectan a miles de personas.
Parece increíble, y tristemente desconcertante que nuestros órganos de justicia no puedan llegar con un llamado oportuno, y medidas reales, contra las funcionarios y personas que se han aprovechado del sistema para su beneficio. Yopal merece respeto, y soluciones. Y todos los colombianos merecemos respuestas ante hechos de este tipo.