Los medios de comunicación en general pedimos a nuestros columnistas que puedan expresarse de forma abierta y sincera sobre la realidad del país, desde su visión, lo cual, nos permite tener una gran diversidad de opiniones, todas ellas respetables, de la realidad y contexto del país y el mundo, pero, siempre y cuando se guarden las debidas normas de respeto y se hagan dentro de la legalidad.
En el caso del abogado Abelardo De La Espriella que en su última columna de opinión “justifica” en su concepto la muerte de Nicolás Maduro como un “un acto patriótico” e incluso “moralmente irreprochable” solo se rebaja al nivel del régimen que gobierna el vecino país. La Cancillería tiene razón al afirmar que este tipo de columnas y opiniones “deben darse en un marco de respeto a la vida, y sin promover la violencia”.
Si queremos cesar la violencia de un régimen antidemocrático, ¿No es contradictorio hacerlo al invitar a más violencia?. Frente a la delicada situación que vive Venezuela, hablar de asesinatos y tramas, supuestamente “éticas”, sólo justifica y refuerza la posición beligerante de los diferentes sectores de un país sumido en la crisis.
Siempre hemos invitado al diálogo en el caso venezolano, y hemos resaltado en diferentes publicaciones la difícil situación que vive ese país, hacemos un llamado para encontrar soluciones pacíficas, y amparadas bajo el derecho. Que desde Colombia podamos ser ejemplo de un lenguaje tolerante, firme, pero que promueva la convivencia pacífica y la libertad de expresión, los mínimos de un país que intenta acercarse a la paz sustentable.