Colombia ha visto en las últimas décadas diferentes formas de gobernar el país, con diferentes enfoques, y varias similitudes, pero definitivamente el gobierno del presidente Iván Duque tiene una característica irrefutable: No inició con una luna de miel de opinión, y favorabilidad.
Cada presidente prueba las mieles de su victoria, y tiene al menos por algunos meses una imagen favorable, llena de expectativas, y algo indulgente esperando que el nuevo inquilino de Casa de Nariño pueda desempacar y mostrar si cumple o no las expectativas con las que fue elegido, pero ese no parece el caso del presidente Iván Duque.
Es difícil centrar el descontento en un solo tema, según la última encuesta de Invamer, la favorabilidad del presidente se encuentra en un 37%, y el 68% consideran que el país va por mal camino, y todo luego de un año de logros y anuncios impopulares, que dejan otra variable al descubierto: Las personas no relacionan al presidente con un tema o gran apuesta en específico.
¿Cuál es el gran proyecto, política o apuesta del gobierno Duque? Hasta ahora no hay una respuesta clara.
Los ciudadanos han visto como cambió la forma de relacionarse con el congreso, pero esto también ha tenido problemas de ingobernabilidad en algunos temas, y las grandes reformas del presidente podrían verse absorbidas por una relación con el legislativo que ahora pasa por largas negociaciones y proyecto frustrados.
No se trata se culpar al presidente por intentar gobernar sin la llamada “mermelada”, algo que a diferencia de lo que muchos de sus escuderos afirman a gritos, está por verse, pues otros consideran que solo cambió de empaque, pero lo importante para los colombianos es tener un ejecutivo que tenga rango de acción y solucione las problemáticas de las regiones.
Fuera de este tema, el país aún no entiende otras grandes apuestas, como la llamada “Economía Naranja”, o cómo favorece al país los constantes mensajes de legalidad que envía el presidente en sus alocuciones, y sin un tema claro, como la paz de Santos, o la seguridad democrática de Uribe, poco se explican los ciudadanos el norte del actual gobierno.
Dicha observación pudo ser temeraria a pocos meses de inicio de su mandato, pero luego de un año el país se sigue preguntando: ¿Para dónde va el gobierno Duque?