Adriana López promete una Pereira grande y con desarrollo humano

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Adriana López Giraldo fue Alcaldesa encargada de Pereira por varios meses, Secretaria de Gobierno municipal, Gerente de la Empresa de Renovación Urbana y Secretaria de Hacienda de Risaralda.  Su experiencia en el sector público está llena de éxitos. Los resultados de su gestión son recordados, debido a que tuvieron un impacto positivo en el desarrollo urbano de la ciudad, en la recuperación de espacios públicos y en el saneamiento y fortalecimiento de las finanzas territoriales.

Hace casi doce años tomó la determinación de abandonar las responsabilidades públicas y se comprometió con dos proyectos: dedicarle tiempo a su familia y concretar una idea empresarial. El balance es satisfactorio: sus dos hijas están en la fase final de concluir sus estudios académicos de bachillerato, y con su esposo consolidaron una de las empresas más emblemáticas en el sector de la construcción.

Adriana López es una empresaria con una gran sensibilidad por los asuntos públicos, que está aspirando a ser alcaldesa de Pereira en representación del Centro Democrático.

OLA POLÍTICA. Su vida ha sido una constante de retos y de luchas.

ALG. Ha sido una vida de constante lucha. A los ocho años sufrí cáncer de rodilla y a los 40 años un cáncer de seno. Fueron dos experiencias de las cuales logré sobrevivir, gracias al amor de mi familia, la solidaridad de los pereiranos, la excelente atención médica y mi inquebrantable decisión de seguir viviendo.

Ninguna de las consecuencias de estas enfermedades ha sido obstáculo para alcanzar todas las metas que me he fijado y mucho menos para competir de tú a tú en la vida profesional.

Todos estos problemas de salud, que los he superado completamente, me forjaron el carácter, y fueron un incentivo para seguir avanzando en la construcción de una vida totalmente normal, que me ha permitido tener una familia muy amorosa.

O.P. ¿Usted es una triunfadora?

ALG. Así es. Me he propuesto metas muy altas y las he conseguido todas. En mi lenguaje no se conjuga el verbo fracasar, ni le doy cabida al argumento del “No se puede”.

O.P. ¿Cuál es la razón para abandonar su espacio de confort para aspirar a la alcaldía de Pereira, con todo lo que ello significa en términos de sacrificio?

ALG. No existe el tal confort en el sector privado. Por el contrario, allí el trabajo es extenuante, porque no sólo se tiene que garantizar la continuidad de los negocios, sino responder por el pago oportuno de los compromisos laborales y la cancelación de las contribuciones impositivas. Ser empresarios es una tarea ardua, pero muy satisfactoria.

La decisión de aspirar a la alcaldía de Pereira, radica en que tenemos un sueño de ciudad, que se traduce en que sabemos que Pereira se merece más y puede ser mucho mejor.

O.P. ¿Su apuesta es gerenciar a Pereira, a propósito de su experiencia en el sector privado?

ALG. Más que gerenciar la ciudad, pretendo gobernarla, proyectarla, planificarla y fortalecer su carácter. En nuestro equipo somos conscientes que miles de vidas dependen de las decisiones que se toman en el Palacio Municipal. Por eso es tan esencial potenciar la gobernabilidad.

Gerenciar es un término muy limitado en el sector público, que se supedita esencialmente a cómo gestionar los recursos existentes. Gobernar implica dialogar, concertar, estudiar y tomar las mejores decisiones, con el propósito loable de garantizar crecimiento económico y desarrollo social.

O.P. ¿Cómo quisiera que fuera Pereira bajo su administración?

ALG. Quisiera que fuera una Ciudad con carácter. Que sea reconocida por su alma, por su esencia, por su razón de ser, porque sus ciudadanos estén comprometidos a darles un sentido.

Los pereiranos le hemos dado a nuestra ciudad un carácter muy especial: ser una cuna de libertad, progreso y solidaridad. Y yo aspiraría que se carácter se complementara con ingenio, innovación y grandeza.

O.P. ¿Cree sinceramente que su proyecto político tendrá futuro?

ALG. Que no quepa la menor duda. Este proyecto de ciudad tiene el potencial de convertirse en una propuesta política triunfadora, que logrará hacer de Pereira un destino importante del mundo, lo cual es trascendental para garantizar un mayor avance económico, un crecimiento urbano responsable, un desarrollo humano digno, un progreso seguro para el sector rural y una protección especial para el ambiente.

La intención de este proyecto de ciudad, en esencia, es conseguir que Pereira dé un salto cualitativo.

O.P. En Pereira se abandonó la planeación…

ALG. Estamos seguros de que si los pereiranos acogen nuestros postulados y todos trabajamos unidos, obtendremos triunfos tempranos, sin perder de vista el gran propósito: que Pereira llegue al año 2050 convertida en una urbe moderna, incluyente y sostenible. Y para que esto sea posible, tendremos que dedicarnos a darle toda la importancia debida a la planeación, que efectivamente ha estado abandonada en los últimos años. No es posible crecer y desarrollarse si no existe planeación.

O.P. Usted ha insistido en que Pereira debe poner su mirada en el escenario mundial.

ALG. Claro que sí. Hay potencial para proyectarnos internacionalmente. Lo primero que debe ocurrir es que los pereiranos tenemos que creer que Pereira es una ciudad muy importante, partiendo de un hecho comprobado: desde afuera ven todas nuestras potencialidades, las mismas que a veces nosotros desconocemos. Para sólo poner un ejemplo, en Pereira hay inversiones extranjeras procedentes de 37 países del mundo, algo que difícilmente puede alcanzar una ciudad intermedia.

O.P. ¿Pero si es posible? Porque parece más como una propuesta sin mucho sustento.

ALG. Pereira tiene la posibilidad de ser una de las ciudades del Grupo Andino que concentre la inversión privada en sectores tan estratégicos como los servicios y la cultura.

Y ¿por qué lo planteo?  Porque este es precisamente el potencial de Pereira. No es un descubrimiento que Pereira ha sido la ciudad receptora regional más importante de inversión extranjera. Tenemos inversionistas franceses, ingleses, norteamericanos, alemanes, suizos, japoneses, brasileños, portugueses, chinos, turcos, judíos, españoles, mexicanos y holandeses, entre muchos otros.

Lo que ocurre es que a veces se nos olvida que nuestro desarrollo y crecimiento ha estado vinculado estrechamente desde siempre con capitales foráneos en sectores tan importantes como los alimentos, los textiles, las confecciones, los vehículos, las flores, la energía, los papeles, la construcción, la gastronomía, las comunicaciones, la energía y la hotelería.

O.P. ¿O sea, que tenemos que empezar a creer en lo nuestro?

ALG. Sí. Nuestra obligación es convencernos de que Sí Podemos. Que sí es Posible.

O.P. ¿Le parece bien lo de la Región de Planeación del Eje Cafetero?

ALG. Me parece que es un buen comienzo. Sin embargo, tenemos la obligación de negociar una alianza con la Región Pacífica. Respetamos el acuerdo de regionalización cafetera, pero es evidente que este no nos aporta suficientes valores agregados para crecer.

Tenemos que estar mirando hacia las poderosas economías de Asia como Japón, Rusia, Corea, China, Filipinas, Taiwan, Tailandia e Indonesia. Hacia Australia y Nueva Zelandia. Hacia Estados Unidos, Canadá, México, Ecuador, Perú y Chile.

Debemos estar mirando hacia el mundo y que el mundo nos mire a nosotros

O.P. ¿Tenemos el capital humano para hacer realidad sus propuestas de internacionalización de Pereira?

ALG. Para aprovechar todas esas oportunidades, es fundamental que tengamos un capital humano preparado para asumir las responsabilidades que implica una ciudad dedicada al entretenimiento, la diversión, la cultura, la innovación y los servicios.

Hoy ya está plantada una capacidad local muy importante para soportar la internacionalización de Pereira. Pero tenemos que seguir avanzando y con mayor rapidez.

Las universidades, los centros tecnológicos y los institutos de formación para el trabajo, tendrán la gran responsabilidad de diversificar su oferta académica y compatibilizarla con las necesidades de la economía local.

O.P. ¿Habrá recursos para todos estos propósitos?

ALG. Una economía en crecimiento nos permitirá tener unas finanzas públicas sólidas y la posibilidad de desarrollar programas de inversión social dirigidos esencialmente a fortalecer los planes de educación complementaria en áreas muy específicas, que tengan que ver con las habilidades y destrezas.

El dinero proveniente de los impuestos también debe servir para ampliar las coberturas de servicios públicos, ofrecer espacios para la recreación y el deporte, mejorar la calidad de la vivienda, tener más y mejores vías y garantizar un transporte público de calidad.

O.P. ¿Cree que en sólo cuatro años sus metas se alcanzarán?

ALG. Yo no tengo una mirada cortoplacista. Mi intención es que se planifique para el largo plazo. Aspiramos que nuestros proyectos tengan una temporalidad a 2050. Durante los cuatro años de gobierno, muy seguramente obtendremos algunos resultados, pero lo responsable políticamente es asegurarnos que la ciudad tenga un futuro asegurado. Y para lograrlo, es indispensable que todos los estamentos seamos parte actuante de la estrategia, y para ello se necesita una sociedad viva y pujante.

O.P. ¿Respetará usted los procesos y proyectos realizados por gobiernos anteriores?

ALG. Este proyecto se consolidará sobre lo construido a lo largo de muchos años por alcaldes, funcionarios, líderes sociales, empresarios y gremios, que han aportado sus conocimientos y su trabajo en bien de la ciudad.

O.P. ¿Qué piensa usted de la gestión del alcalde Gallo, a quien usted piensa suceder?

ALG. Logró darle continuidad a muchos proyectos de infraestructura vial que venían de gobiernos anteriores, y eso representa un acto de responsabilidad administrativa que reconozco.

Sin embargo, son pocos sus resultados positivos en inversión social, donde muchos indicadores son críticos, debido que el alcalde prefirió asumir la ejecución de proyectos viales con recursos que podrían haber mejorado las condiciones de vida de miles de personas que están en condición de vulnerabilidad, y haber utilizado, en cambio, aquellos de la contribución de Valorización.

Pero realmente mi tema no es estar pendiente si al actual alcalde le fue bien o mal, ni hacerle oposición, sino trabajar en una propuesta que privilegie a la gente.

O.P. Usted viene de una familia política.

ALG. Mi padre, Fabio Alfonso López Salazar fue alcalde de Pereira de 1965 a 1968 y entre 1978 y 1980. Gran parte de los proyectos que se han ejecutado en Pereira fueron pensados desde esa época. También fue congresista y funcionario público cuando pertenecíamos al Gran Caldas. Hace varias décadas se retiró de la actividad pública y se dedicó a sus actividades particulares.

O.P. Cree que con su experiencia pública es posible desarrollar una buena gestión en el gobierno de Pereira?

ALG. Yo trabajé con tres alcaldes: Juan Manuel Arango, Luis Alberto Duque y Martha Helena Bedoya; y el gobernador Carlos Alberto Botero. Las posiciones de dirección que tuve, me permitieron un gran aprendizaje de lo que significa la función pública. Desde esos puestos ayudé a construir resultados positivos y aprendí sobre las posibilidades y dificultades que implica el trabajo con el Estado.

O.P. ¿Quiénes se verán más beneficiados con su gestión si llega a ser alcaldesa?

ALG. Hay cuatro grupos poblacionales que tendrán toda nuestra atención: los adultos mayores, las mujeres, los niños y los jóvenes. Además, tendremos especial dedicación con el desarrollo de temas como la innovación, la creatividad, la salud, el deporte, la cultura, la educación, la infraestructura y el campo. Y serán prioridad de nuestra gestión colaborativa los empresarios, la educación superior y la participación ciudadana.