Colombia es un país con una gran diversidad de opiniones y posturas sobre su realidad y su futuro. En la política permitir la libertad de expresión es fundamental para tener un debate sano, sincero y donde todas las voces sean escuchadas. Finalmente la democracia se basa en la capacidad que tiene la sociedad de disentir, llegar a acuerdos y por supuesto tener puntos de desacuerdo.
Lo que no podemos permitir es que la falta de respeto o incluso la difamación puedan ser parte de ese debate. Esa falta de respeto es preocupante cuando llega de prominentes líderes, cuyo poder e influencia pueden poner en duda la honra e integridad de otra persona. Personas como el Senador Álvaro Uribe Vélez en un esfuerzo desmesurado por atacar al periodista Daniel Samper, deja un nuevo episodio de irrespeto y ataque a la labor de los periodistas del país.
Las supuestas pruebas mostradas posteriormente son claramente insuficientes para sostener que alguien es un “violador”, cuando en todo caso se refiere a la labor artística que realizó Samper como director la Revista SOHO, la cual puede ser debatida también bajo los mínimos requisitos de respeto.
Llamamos la atención ante el abuso demostrado por una persona con tal grado de poder, que incluso puede poner en riesgo la vida de otro ser humano, ante un afán sin límites por contradecirlo.
Nos unimos al llamado de los medio de comunicación en general al afirmar que: “No se trata de reclamar, de ninguna manera, un trato privilegiado para los periodistas, ni de librar al periodismo de la crítica, sino de defender el derecho de todos a hablar sin ser objeto de los abusos de quien se sabe poderoso”