Se van a completar 20 días de la Minga Indígena que tiene paralizado el suroccidente del país, con el cierre de varias vías entre ella la vía panamericana, y la vía a Buenaventura, lo que aísla aún más esa región del país que padece el desabastecimiento de productos, e incluso gasolina.
La situación se sigue agravando pues indígenas y otras minorías del país se están uniendo a la Minga, como en el Tolima donde se presentan cierres de vías por parte de los indígenas Nasa y Pijaos, y se espera que otros sigan uniéndose en otras regiones del país.
Las comparaciones son complejas, y se prestan para manipulaciones, como, por ejemplo, comparar el total de extensión de tierra que solicitan los indígenas, con el tamaño de las localidades de Bogotá, cuando se trata de zonas cuya productividad, acceso a servicios públicos y uso de suelos, es completamente distintos a un grupo de barrios en la Capital, donde su costo por metro cuadrado es simplemente incomparable. O comparar los recursos ya comprometidos para los indígenas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), como si todos fueran para los mismos indígenas del suroccidente del país, y llegaran a ellos de forma uniforme, un monto que se aproxima a los 10 billones.
Pero también es necesario ver la otra cara de la moneda, los recursos solicitados en las peticiones de la Minga que superan los 4,6 billones (adicionales a los 10 billones del PND), unos reclamos a negociar, pues requieren un esfuerzo fiscal exagerado para un país que no está en su mejor momento económico.
¿Será capaz el gobierno de manejar este dilema?
El gobierno del presidente Iván Duque ha demostrado tener algunas dificultades para tratar las explosiones sociales del país, en un inicio había usado un argumento recurrente de los dos gobiernos anteriores afirmando que la Minga estaba infiltrada por grupos al margen de la ley, instauró un diálogo a través de la ministra Nancy Patricia Gutiérrez, pero la situación solo se ha ido agravando.
Los congresistas del Centro Democrático (CD) han hecho notar que este problema es producto de los acuerdos incumplidos por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, aunque los indígenas han tenido muchas de estas peticiones desde antes del gobierno Santos, pero lo cierto es que el gobierno ahora está en cabeza de ese partido y más que excusas del pasado, faltan soluciones.
El representante a la Cámara por el Valle del Cauca Christian Garces del CD, ha solicitado el levantamiento inmediato de los bloqueos, y no está de acuerdo en que el presidente Iván Duque dialogue con los indígenas a los que considera violentos.
Mientras tanto el gobernador de Nariño Camilo Romero (el departamento más afectado con la situación) ha solicitado más dialogo al presidente, y no dice no estar ni del lado de los indígenas a los que visitó para pedir que levantaran los bloqueos, ni del gobierno, de quien critica no tener verdadera presencia en esa región del país.
Mientras la clase política se pone de acuerdo y el gobierno piensa cómo actuar ante un posible futuro bloqueo nacional en caso de no contener o remediar la Minga del suroccidente, los indígenas quieren ir más allá, y se están organizando en ocho departamentos para comenzar un duro revés contra el gobierno a una población ciertamente olvidada, ¿Se impondrá el dialogo del gobierno Duque como pasó con las marchas estudiantiles?