Los primeros 6 meses del mandato de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en México, han sido de cambios alabados y criticados, pero también de grandes retos para un presidente que anunció que su mandato sería la “Cuarta transformación” (llamada así, pues la considera uno de los puntos más importantes de la historia de su país luego de la 1. La independencia, 2. La Reforma: luego de la guerra entre liberales y conservadores en ese país, y 3. La Revolución: que terminó con la creación de la Constitución que rige hoy).
Ahora al desafío interno de demostrar que su mandato realmente es disruptivo a las presidencias de los partidos tradicionales, y con el completo control del Legislativo, de la mano de su partido Morena, AMLO recibe un desafío externo: La amenaza de Donald Trump de aumentar en un 5% los aranceles a todos los productos que llegan de México.
La amenaza que se publicó vía twitter, y luego fue acompañada por un comunicado de prensa de la Casa Blanca, significa un reto inmenso, según Trump, si su vecino del sur no detiene el flujo de inmigrantes proveniente de Centroamérica que pasa por la frontera mexicana, no solo impondrá dicho arancel del 5%, también subirá al 10% desde el 1 de julio, al 15% desde 1 de agosto, al 20% desde septiembre, y al 25% a partir de octubre.
Esto tomando en cuenta que, desde inicios de año, México se convirtió en el principal socio comercial de los Estados Unidos, por encima de China (con quien Trump sostiene actualmente una fría guerra comercial), y cuyo peso en sus exportaciones es del 80%, lo que significaría a largo plazo una posible recesión económica en pleno gobierno de la “Cuarta transformación”.
Por supuesto, esto contrasta con el trámite de aprobación del nuevo tratado comercial entre Canadá, Estados Unidos y México, que se encuentra en aprobación en el congreso de estos países, y con la oposición demócrata, pues dichos aranceles también afectarían al gigante del norte.
Trump, aunque parece errático con esta amenaza, estaría usando este anuncio como estrategia para el lanzamiento de su campaña a la reelección, por un lado, ya había descargado sus mensajes de campaña para asumir la presidencia, atacando a los mexicanos y en especial a lo que ocurre en la frontera, y por otro lado, debido a que perdió el control de la Cámara en las pasadas elecciones legislativas, así que podría buscar protagonismo mostrándose duro frente a su electorado republicano.
¿Qué respondió AMLO?
El presidente mexicano no buscó un intercambio combativo, pero sí firme contra Trump, por el contrario, en rueda de prensa, aseguró que espera una rectificación por parte de la Casa Blanca, e invitó a Trump a una “solución pacífica” en una carta recientemente publicada.
Entre las duras palabras de AMLO a Trump, le indicó que: “recuerde que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato sino que actúo por principios”, pero más fuerte aún fue su critica al lema de Trump: “America great again”, y manifestó: “es una falacia porque hasta el fin de los tiempos, incluso, por encima de las fronteras nacionales, prevalecerán la justicia y la fraternidad universales.”
México ya envió una delegación que espera el miércoles iniciar conversaciones para encontrar salidas, mientras Trump respondió vía twitter a AMLO: “Mexico has taken advantage of the United States for decades. Because of the Dems, our Immigration Laws are BAD. Mexico makes a FORTUNE from the U.S., have for decades, they can easily fix this problem. Time for them to finally do what must be done!” («México se ha aprovechado de Estados Unidos durante décadas. Debido a los demócratas nuestras leyes de inmigración son malas. México ha hecho una fortuna de los Estados Unidos por décadas, pueden solucionar este problema fácilmente. ¡Es hora de que finalmente hagan lo que se debe hacer!»).
El reto internacional
AMLO se hizo elegir con un discurso en esencia nacionalista, que evoca a los proceres de su país, y exalta los fallos de sectores políticos que gobernaron (en el caso del PRI por 71 años ininterrumpidos) esa nación, y se ha dedicado principalmente a los temas nacionales.
Trump ya lo había intentado provocar, con tweets sobre las cifras de inseguridad en su país, y el tema migratorio, a lo que AMLO con mucho cuidado había intentado eludir, e incluso en la firma del nuevo tratado comercial entre los dos países y Canadá, AMLO se mostró respetuoso e intentó no enfocarse en provocar a su vecino del norte.
Pero ahora, y en medio de un creciente ambiente electoral, el presidente de México no tendrá más opciones que encarar el desafío de Trump y menos de diez días intentar encontrar una salida que impida no solo el arancel, sino además nuevas confrontaciones.
Lamentablemente son pocos los analistas que creen que Trump dejará en empecinarse en culpar a México y usarlo como carne de cañón contra los demócratas rumbo a su reelección, de la misma forma que ha hecho con Colombia en el tema de narcotráfico, el presidente republicano parece preferir el “es culpa de ellos”, y “nuestro único trabajo es obligarlos a ellos a arreglarlos”, que enfocarse en mostrarse como un líder fuerte para el mundo occidental.