El nuevo primer ministro británico Boris Johnson, tendrá varios desafíos, pero en general su éxito y permanencia dependerán de un tema compartido con la saliente Theresa May, el Brexit.
Ayer en su primer día en el número 10 de Downing Street, Johnson no solo prometió sacar adelante el Brexit, además dijo hacerlo antes de la fecha límite del 31 de octubre, y dijo no estar interesado en pedir más prórrogas o plazos adicionales a ello.
Johnson de 55 años, fue alcalde de Londres entre el 2008 y el 2016, y Ministro de Asuntos Exteriores de Theresa May, por dos años, luego de su fallido intento por suceder al entonces saliente primer ministro David Cameron. Curiosamente Johnson nació en New York, y renunció a su nacionalidad estadounidense en 2015.
Los retos
El nuevo premier británico, ha sido conocido tanto desde su alcaldía de Londres, como en su lugar en la Cámara de los Comunes por su posición euroescéptica, de hecho, a propósito, ha lanzado fuerte frases como: “Napoleón y Hitler intentaron (recrear el Imperio Romano) y terminaron de forma trágica. La Unión Europea lo intenta por otros métodos.”
Dicha posición lanzó a Johnson al ruedo, amenazando a la Unión Europea de un “no deal”, o un “no acuerdo” para la salida del Reino Unido, además se plantea en ese caso retener varios de los compromisos adquiridos con Bruselas al respecto, entre ellos 35 mil millones de euros que debían pagarse producto de la salida.
Su gabinete aunque diverso, está marcado por un fuerte tono antieuropeo, y busca consolidar una sola posición alrededor de la tarea del Brexit, pero también de mostrar a un Johnson menos elitista y tradicional.
Otro reto será Irán, que hace poco retuvo el buque británico Stena Impero, en medio de la crisis del petróleo que tiene en tensión a los dos países, y esto ocurre como respuesta a la captura del petrolero Grace 1 por parte de la Marina Real.
Para sumarle a la situación, Johnson es también conocido por su cercana amistad con el presidente estadounidense, Donald Trump, lo que pone en cuestión una posición alineada del Reino Unido, con Francia y Alemania, que han defendido el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 con los iraníes, y rechazando las sanciones unilaterales de la Casa Blanca a este país.
Pero Johnson no solo tendrá que ocuparse de los asuntos exteriores, abandonados en medio de la pelea de sucesión de May, también tendrá que preocuparse por unir a los conservadores, luego de varias reuncias inmediatas a ministerios donde sus cabezas rechazan abiertamente a Johnson.
Theresa May lanzó un último dardo en su discurso de despedida, afirmando que el Brexit debe ejecutarse de tal forma de “funcione para todo el Reino Unido”, esto ocurre porque es el Brexit y las tensiones internas del liderazgo conservador las que han generado una división de tal magnitud que llevó a May a perder una oleada de votaciones para lograr la salida del Reino Unido con un Acuerdo.
¿Logrará Johnson unir a su partido para detener a los Laboristas, y al mismo tiempo tener resultados para mostrar fuera de un Brexit con o sin acuerdo?