El anuncio de la adjudicación para la construcción y operación de la primera línea del Metro de Bogotá es una realidad, pero se hace en dos contextos difíciles, el primero, los constantes cuestionamientos de un sector opositor en la ciudad, que lo considera “corrupto”, y el segundo, a pocos días de las elecciones a alcalde de la ciudad, donde ese mismo sector batalla entre encuestas para demostrar que sí tiene opción ganadora.
El impacto
El anuncio del alcalde Enrique Peñalosa, junto al presidente Iván Duque, representan una ola en plena campaña electoral, por un lado, le dan el espaldarazo a Miguel Uribe Turbay y Carlos Fernando Galán, quienes defienden la construcción de este metro, también confirma lo que afirmaba Claudia López, quien propone construirlo si era adjudicado antes de terminar el año, y sobre todo, le da un golpe a la principal propuesta de Hollman Morris, la de detener este metro y hacer el subterráneo, aunque algunos expertos estiman que esa propuesta carece de riguridad y viabilidad.
En las elecciones de 2011, el entonces candidato Samuel Moreno, prometió la construcción de un metro, como su principal bandera de campaña, y derrotando así a Peñalosa (el final de esa historia es conocido), mientras cuatro años después, se debatía una vez más si se construiría el metro propuesto por Gustavo Petro, subterráneo, con algunos estudios, pero lejos de estar adjudicado.
Al ganar Peñalosa, también lo hizo su propuesta de dejar de lado las inversiones en los estudios de ese metro, y avanzar en uno elevado, la promesa en campaña era adjudicarlo en los primeros dos años de su mandato, algo que se retrasó por motivos técnicos, pero también jurídicos, luego de la batalla que levantaron sus opositores contra esa idea.
Con la adjudicación inicia la siguiente batalla, pues Morris enfrentará las críticas de los problemas disciplinarios y el desechar las nuevas inversiones realizadas para hacer el metro elevado, mientras los otros tres candidatos quieren superar ese debate.
Además, según la más reciente encuesta de Invamer Gallup, el problema que más preocupa a los bogotanos es la inseguridad con el 46,4%, seguido de la movilidad de lejos con 13,3% y el transporte público con el 11,9%, después están el desempleo y la corrupción.
En otras palabras, construir el metro elevado o subterráneo, quizá no es la prioridad de los temas para los electores, más todavía luego de la adjudicación, y esto debilitaría todavía más centrar las propuestas en hacerlo realidad o no.
De todas formas, el debate apenas comienza, ¿Se podrá apartar la construcción de este proyecto de movilidad de las rencillas políticas de la ciudad? Todo indica que esto está lejos de pasar.