Chile no vivía tal alteración social desde la caída de la dictadura, hace 30 años. El país vive en tensión desde el pasado jueves, cuando los ciudadanos salieron a protestar por el alza de las tarifas en el metro, pero al final sirvió como gota que rebasó la copa sobre muchos de los descontentos que se viven en el país, debido a diferentes políticas.
El congreso decidió aprobar una ley para congelar la tarifa, cuyo aumento fue el detonante, pero eso no calmó a los manifestantes, lo que terminó por convertirse en una ola de protestas en varias ciudades del país, la declaración de estado de emergencia, y desde ayer, una medida de toque de queda en varias ciudades.
El desafío a la clase política chilena es mayúsculo, y se ha respondido con un presidente sentado junto a militares (que tomaron control de ciudades), y dando declaraciones que solo parecen incendiar más el descontento.
El presidente Sebastián Piñera declaró: «Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, vamos a ganar esta batalla.», mientras tanto la dos veces presidenta de ese país, Michel Bachelet que hoy es Alta Comisionada de las Naciones Unidas, dijo estar muy preocupada por el revuelo social que vive el país, y sentenció: “el uso de una retórica inflamatoria solo servirá para agravar aún más la situación”, además considera grave generar miedo en la población.
Hasta ahora, no se han hecho anuncios de cambios en el gobierno, ni tampoco el de una agenda de diálogo con diferentes grupos sociales, mientras tanto, los sindicatos han convocado a una movilización y paro a partir del miércoles, y cientos de manifestantes no hicieron caso al toque de queda ayer, marchando más allá de la hora establecida (los ciudadanos que trabajan más allá de las 8pm deben pedir un salvoconducto a las autoridades para hacer sus labores diarias).
Las versiones son diversas, pues las marchas no tienen por ahora a un gran líder o grupo de líderes, pero en el transcurso de los días, el llamado de diferentes sectores muestra como la unidad del descontento con las medidas del gobierno y la crítica a la calidad de vida en el país, solo empeoran las marchas.
Se han registrado fuertes choques con las autoridades, que dejan al menos 11 muertos, la Bolsa de Santiago cayó con fuerza, y el partido opositor Frente Amplio, presiona desde el legislativo para aprobar otras reformas, como una disminución de salarios a los parlamentarios (que en ese país ganan 33 veces el salario mínimo), pero no se reconoce a ese partido como principal líder de la movilización, ni hay certeza si eso disminuirá el fervor de las protestas.
El gobierno considera que hay una clara organización detrás de los enfrentamientos en las calles, pero no ha dado nombres, o culpado directamente a otros sectores.
Ola Política recopiló imágenes de publicidad que se entrega en las calles de ese país, como la lista de motivos que generan el descontento con el gobierno, y que es entregada en las calles:
También de chalecos amarillos, en analogía a las marchas que vivió Francia a finales del año 2018, pero en esta ocasión, como un frente en contra de los saqueos que viven en medio de los desordenes, los vecinos de diferentes barrios se organizaron con Chalecos para defender sus casas, y también para manifestarse en contra de estos hechos:
Finalmente, han sido múltiples las comparaciones con la dictadura (establecida un 11 de septiembre de 1973), y militarización de las calles, como un recordatorio de que la movilización militar, solo envía un mensaje negativo a uno de los países que más tiempo vivió ese tipo de dictadura en la región:
A falta de una solución concertada, pasan los días de incertidumbre, si el gobierno buscará reprimir las protestas, o escuchará las voces de protesta, cabe recordar que el legislativo es de mayoría opositora, y la polarización fue evidente en las pasadas elecciones presidenciales, donde la votación se partió en dos, ¿Cambiará de estrategia el gobierno de Piñera? La presión y el pasar de las horas lo dirá.