El coronavirus (COVID-19), ha generado una serie de choques políticos, provocados por las medidas que los alcaldes y gobernadores han tomado en sus territorios, y que luego quedaron en vilo por el Decreto 418 de 2020 de la Presidencia de la República.
A lo anterior, se suma la alocución presidencial de esta mañana donde el presidente cierra la puerta a pasajeros de transito al país y de todos los pasajeros internacionales (ya lo había hecho con los extranjeros no residentes en el país), por 30 días, además, solicitó al Ministerio de Transporte que disminuya el flujo de pasajeros de transporte entre las regiones.
Lo interesante fue que adicionalmente a recordar las medidas, tuvo que dedicar la primera parte de su discurso a aclarar el anuncio que realizó ayer la Ministra del Interior, Alicia Arango sobre el mismo Decreto mencionado, y si se realizaba o no el simulacro del fin de semana en Bogotá, como lo había reiterado la alcaldesa Claudia López en los últimos días.
Problemas de liderazgo
El país pareció adelantarse a la coordinación desde Casa de Nariño de la emergencia declarada por el contagio por COVID-19 en el país, con una serie de decisiones independientes, algunos gobernadores llegaron a cerrar las fronteras, y a varios alcaldes a decretar toque de queda en sus municipios. Al final, todas esas decisiones deberán ser consultadas para que sean coordinadas, lo que suena sensato, pero una medida muy tardía.
La rueda de prensa de la Ministra Arango ayer, explicando el Decreto, junto al Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, desató la desinformación, los periodistas le preguntaron en repetidas ocasiones, qué efectos prácticos tenía el Derecto?, tumbaba la planeación para un simulacro de aislamiento en Bogotá? La Ministra, como muchos colombianos observaron, no pudo responder, se limitó a decir: “Repito nuevamente, el tema de orden público, el tema del covid-19, queda en cabeza del presidente de la República”, lo que dejó la interpretación de que sí se creaba un choque con la medida de la alcaldesa Claudia López.
Varios alcaldes y gobernadores se rebelaron, anunciaron que mantendrán o insistirán en sus medidas, incluso el alcalde de La Ceja, afirmó: “Prefiero ir a la cárcel que ver morir a mis padres y a mi hija.”
Y al final de ese mismo día, el presidente tuvo que conectarse con los mandatarios locales para aclarar el Decreto.
Duque ya había hecho anuncios con respecto a los empresarios, y la forma de salvarlos a través de medidas sobre impuestos, y créditos, además, mantiene o aumenta las ayudas a través de los programas sociales del Ejecutivo, como Familias en Acción, y ordena reconectar el servicio de acueducto por suspensión por no pago, a población vulnerable.
Pero lo antes descrito no tuvo el peso mediático del caos generado entre los mandatarios locales por la falta de claridad de la Ministra, quien quedó a cargo de coordinar las medidas de orden público por delegación del presidente, lo que contrasta con la forma como varios de ellos lo han manejado.
El liderazgo de Claudia López
La alcaldesa ha sido rápida en la forma de comunicar y apropiarse personalmente del tema, ha evitado delegar los anuncios más importantes, y ha respondido en ruedas de prensa las preguntas una a una, despejando las dudas, e intentando argumentar por qué esa toma de decisiones.
Por supuesto, no se han hecho esperar la críticas al simulacro, como también las recomendaciones que quiere hacer el presidente Iván Duque, a través de la Ministra Arango al Decreto que expedirá la Capital para la medida del puente festivo, pero, el hecho de que el presidente asuma algún tipo de mando central en este punto, a pesar de reunirse personalmente con los alcaldes hace más de una semana, ha provocado toda clase de comparaciones de su liderazgo con el de la alcaldesa de Bogotá.
La forma Claudia López de Decretar la alerta amarilla en Bogotá, de limitar los eventos en la Capital antes que el Gobierno Nacional, de denunciar la falta de controles y deficiencias en la aplicación de protocolos del aeropuerto El Dorado, ha reflejado en medios, la prioridad que significa el tema para ella.
Por supuesto, Bogotá es será una ciudad crucial para detener una tragedia por el contagio del COVID-19, tiene en sus manos la vida de millones de personas que circulan por el país, y es el ente territorial con más casos detectados.
Al final, mientras aumentan las medidas, más radicales, y más necesarias, no sólo se salvarán vidas, también se pondrá a prueba la capacidad de los gobernantes por salir bien librados de una crisis extendida, inevitable, pero hasta cierto punto controlable. Más que decir quien tiene más liderazgo, los colombianos esperan que sus gobernantes puedan coordinarse para afrontar la delicada situación.