Alexander Vega, será el hombre que estará a cargo, no solo de los nombramientos de una de las entidades con más poder en cargos, también de ejecutar de forma correcta cada una de las elecciones que vendrán a partir de 2020, es el nuevo Registrador Nacional.
Vega creció en Chía, Cundinamarca, pero nació en Miraflores, Guaviare, se dio a conocer cuando llegó a ser magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) en el año 2014, con el apoyo del Partido de la U, es abogado de la Universidad Libre, especializado en Alta Dirección del Estado de la ESAP, asesoró al Consejo de Estado en temas electorales, y también al Distrito Capital.
Además, el nuevo Registrador, ya era favorito, con otro puñado de exmagistrados del CNE, desde mediados de año, como lo contamos en Ola Política, recientemente se desempeña como director ejecutivo para Colombia de Transparencia Electoral.
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Vega llegó al CNE con el apoyo de dos conocidos nombres, los exsenadores córdobeses Musa Besaile y “Ñoño” Elías, desde entonces, se le ha relacionado con ese partido, pero además, de apoyar abiertamente a su reemplazo en el CNE, en una negociación que incluiría a la casa Char, el entonces candidato por Cambio Radical, Virgilio Almanza. Claro está que Vega rechazó hacer dado el apoyo, y Almanza no fue elegido.
La elección de Vega, realizada por la presidenta del Consejo Nacional Electoral, el presidente de la Corte Suprema de Justicia y la presidenta de la Corte Constitucional, no ha estado fuera de la polémica.
Primero, la renuncia de Carlos Camargo, actual director de la Federación Nacional de Departamentos (FND), por un escándalo propio, siguió un escándalo del mismo Vega (que también contamos aquí), cuando el actual candidato a la gobernación de Antioquia por el Centro Democrático (CD), Andrés Guerra, lo señaló de pedirle $1.200 millones para mantener su curul como senador, pues había perdido en la lista por un estrecho margen, y había denunciado un supuesto fraude.
Por supuesto, llama la atención que Guerra ya había hecho esa denuncia en 2010, la reiteró en 2014, y lo volvió a realizar en la presente elección de registrador. Vega rechazó todo señalamiento al respecto.
Segundo, la denuncia contra Vega y la también candidata a Registrador, Yolima Carrillo, pues al no transcurrir un año desde que dejaron el CNE, se generaría una supuesta inhabilidad según la Red de Veeduría Ciudadana, algo que no detuvo su elección.
Y tercero, quizá la más llamativa, las llamadas registradas entre Vega y Otto Bula, donde la magistrada Ángela Hernández del CNE en una investigación por Odebrecht en 2016, anunció que, desde el teléfono móvil de Bula, se habían registrado llamadas a Vega de “266 minutos, 158 minutos, 87 minutos. De la comunicación constante entre los dos”, según afirmó Hernández.
Pero según Vega, esas llamadas no fueron hechas a Bula, y calificó de falsas las denuncias de Hernández, afirmando que se trataba de nada menos que el número de Bernando Miguel (“Ñoño”) Elías, hoy condenado con estos sobornos del gigante brasileño.
Al final, Vega no solo obtuvo el mayor puntaje en la prueba para elegir al nuevo Registrador, y en el computo de las demás salió victorioso a pesar de no quedar en el número de uno, además, superó todo escándalo y señalamiento para llegar a ser el seleccionado. ¿Lo perseguirá ese pasado durante su tiempo al frente de esa entidad?