Quizás la palabra más adecuada para definir la renuncia de la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, sea desgaste. Al llegar a su cargo, Borrero era conocida como una técnica, cercana a Duque, pero lejana de los extremos políticos, en su paso trabajó en el Plan Nacional de Desarrollo, participó en la prohibición del porte de la dosis mínima en espacios públicos, y tuvo una Reforma a la Justicia que terminó por hundirse.
Ahora, el gobierno espera llegar a diferentes acuerdos en la Reforma a la Justicia presentada por Cambio Radical, para de esa forma garantizar parte de la votación necesaria y sacar adelantes algunas de las propuestas que tenía en este aspecto.
Entonces ¿Qué pasó con Borrero?
Un importante sector del uribismo no la quiere, y esa parece hoy una verdad evidente, incluso el representante a la Cámara Edward Rodríguez insinuó en pleno congreso que el mejor camino para obtener las mayorías para una Reforma a la Justicia incluía la renuncia de Borrero.
El fracaso de esa reforma sumado a la falta de consensos con las altas cortes para tramitarla, y su tensa relación con el uribismo, estuvo marcado también por el debate alrededor del Acuerdo de paz, primero, Santrich y la solicitud que hizo la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) enviando una carta a los Estados Unidos para solicitar las pruebas que confirmen que los supuestos hechos ocurrieron con posterioridad a la firma de ese Acuerdo de paz, pero la carta (cuyo envío se realizó a través del Ministerio de Justicia), no llegó, y la empresa de envíos 472 identificó que se encontraba en Panamá, la ministra tuvo que salir a ofrecer excusas por la falta de seguimiento a la misma.
Pero otra derrota para Borrero fueron las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP, un debate complejo porque el Centro Democrático intentó sin éxito conseguir votos para tramitarlas, mientras la coalición en contra de las objeciones fue aplastante en Cámara, y justa en Senado.
Hoy algunos parlamentarios del Centro Democrático celebran la renuncia, y con ella la llegada de Margarita Cabello.
¿Quién es la magistrada de la Corte Suprema de Justicia que pasa al ministerio?
Cabello viene de Barranquilla, donde fue juez y magistrada por muchos años, además tiene diversas publicaciones de libros, asciende de la mano de Alejandro Ordoñez, quien la nombra Procuradora Delegada para Vigilancia Disciplinaria, para después ser incluida en la terna para Fiscal General en reemplazo de Virginia Uribe, un momento de fuertes tensiones entre la Corte Suprema y el gobierno de Álvaro Uribe.
Finalmente llega en 2012 a la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, para llegar a ser presidenta de la Corte en el 2016, y en el 2018 ser ternada ante esa misma corte como la posible Fiscal ad hoc en tres casos que manejaba la Fiscalía de Martínez Neira en el escándalo de Oderecht, al final renunciaría a la terna.
El reto de Cabello es grande, la nueva ministra tendrá que colocar orden un sistema judicial que requiere una reforma urgente, pero que se encuentra atrapado en la polarización política alrededor del Acuerdo de paz, y en especial del funcionamiento de la Jurisdicción Especial de Paz, lo que requiere para el gobierno una reforma urgente, y atender la terna que tendrá que presentar el presidente para que se elija a un nuevo Fiscal General, terna en la que muchos creían estaría Cabello.
