Con el nuevo año también llega una nueva oportunidad para que el Gobierno se reorganice en el legislativo, luego de un arranque lánguido.
El 2018 no fue un año exitoso para el presidente Duque en el Congreso, su Reforma Política se desfiguró, y necesitó recapacitar su relación con los congresistas para aprobar la Reforma Tributaria (Ley de Financiamiento) que también sufrió grandes cambios. Además, se hundió la Reforma a la Justicia que espera volver a presentar.
La estrategia en 2019 será volver a dialogar con las bancadas, reunirse con ellas antes de radicar el Plan Nacional de Desarrollo, y de iniciar las sesiones del Congreso oficialmente.
Pero ¿Qué tendrá que dar el Gobierno a cambio?
La idea es hacer una alianza en la agenda legislativa, que irónicamente solicitan sus propios partidos afines según el Estatuto de la Oposición, como el Partido Conservador que afirma apoyar las propuestas del gobierno, pero no recibir ese mismo apoyo para sus proyectos.
El senador Efraín Cepeda del Partido Conservador lo dijo con claridad en una entrevista para El Tiempo en días pasados: “Nos sentimos satisfechos con el apoyo al Gobierno Nacional pero insatisfechos con la interlocución que se debe tener con un partido de Gobierno”
Mientras en el lado del Partido de la U persiste la división, por ejemplo, en la Comisión Primera, donde las reformas a los temas de paz se estancan pues sus senadores siguen afines a los acuerdos de apoyaron en el Gobierno Santos y no a las reformas de Duque.
La división interna de la U parece la más compleja, pues enfrenta directamente a varios de los congresistas que creen que se debe defender el legado de Santos en temas de paz, y la iniciativa de un gobierno que se opone a ese diseño en varios aspectos.
Los Liberales cedieron en la Ley de Financiamiento, y fueron importantes en no dejar hundir la Reforma Política, y a cambio fue aprobado su Ministerio de la Ciencia, Tecnología e Innovación, iniciativa del senador Liberal Iván Darío Agudelo, pero su posición sigue siendo la de independientes, varios analistas y medios coinciden en que buscan representación en el gobierno.
Mientras Cambio Radical sigue una agenda propia, que comenzó con los proyectos propuestos en la campaña de Germán Vargas Lleras a la presidencia, y no han encontrado motivos o acercamientos que los lleven a ser partido de gobierno.
Indudablemente una alianza en temas legislativos con el Gobierno Duque podría llevar a las mayorías del congreso a aprobar sus proyectos, pero seguramente tendrían cambios y eso afectaría la visión y promesas de Iván Duque en campaña.
Mientras el Centro Democrático, partido del presidente, también reclama más interlocución con sus ministros e incluso algunos congresistas como María Fernanda Cabal o José Obdulio Gaviria solicitan cambios en los ministerios para montar a su ala en el partido en la era Duque.
¿Cómo terminará el gobierno de resolver este dilema?